Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Islandia, una tierra de inspiración

Un país de plena luz en el verano, de largos crepúsculos en primavera y de inviernos oscuros de noviembre a enero. Para pescar truchas y salmones, esquiar y patinar.
Islandia, una tierra de inspiración. Turismo. La Nueva. Bahía Blanca

Corina Canale

Corina@yahoo.com.ar

“De las regiones de la hermosa tierra/ que mi carne y su sombra han fatigado/ eres la más remota y la más íntima/, escribió Jorge Luis Borges en su poema dedicado a Islandia, un país por el que sentía una misteriosa fascinación que se tradujo en tres libros y en su boda con María Kodama bajo el culto de los dioses paganos Odin y Thor.

En la lápida de su tumba ginebrina hay una inscripción en anglosajón y otra en escandinavo antiguo, que reza “De Ulrica a Javier Otálora”, cita de una saga islandesa del 1270, que su padre le regaló en inglés cuando era un adolescente, y que uso como nombres de María y suyo en un relato.

Islandia es un país insular del Atlántico Norte, en los mares de Groenlandia y Noruega; un enorme volcán debajo del Círculo Polar Ártico y un país de paradojas que el año pasado recibió 1.750.000 turistas.

Es europeo pero está más cerca de América. En él conviven el fuego y el hielo.

Su corteza terrestre está helada y poblada de geiseres y fumarolas, pero por sus entrañas fluyen napas de aguas calientes.

Las praderas y matorrales sufren la erosión de desiertos y campos de lava.

Por su meseta interior los ríos glaciares fluyen hacia el mar, pero la corriente del golfo le confiere un clima templado.

Arriba habitan el visón americano y el zorro polar, por abajo la tierra caliente es pródiga en cultivos de orquídeas y frutas tropicales.

Reikiavik, el nombre de su capital, significa “Bahía de Humo”.

Así la llamaron los conquistadores vikingos al ver el humo negro de las fogatas.

Pero ahora su medio ambiente es puro porque utilizan la energía geotermal; por eso no se involucraron en la guerra del petróleo pero sí en la guerra del bacalao con Noruega.

Si bien su historia se remonta al año 400 a.d.C., y los vikingos llegaron en el siglo IX, tres siglos antes vivieron allí ermitaños y monjes irlandeses.

Para los geólogos el país es un ejemplo de la enorme fuerza de la tierra, donde los movimientos telúricos causaron fracturas, crestas y dos grandes fallas geológicas que se formaron al separarse las placas tectónicas norteamericana y euroasiática, tras grandes erupciones volcánicas.

De sus 200 volcanes cada tanto uno entra en erupción, como el del 2010, cuando se evacuaron pobladores y se cerró gran parte del espacio aéreo de Europa. Volcanes que inspiraron a Julio Verne.

Para los científicos es un país joven, aún en formación, porque en sus 103.000 kilómetros cuadrados, similar a Cuba, los cambios son constantes.

Aún hay caminos vírgenes y campos de lava salpicados por abedules, mientras que el país trata de recuperar los bosques, cuya madera los colonos usaron como combustible y para construir casas y barcos.

Hace un mes dos kilómetros de líneas rectas y curvas aparecieron en el manto helado del lago Thingvallavatn, en el suroeste de Islandia.

Se pensó que era obra de elfos y duendes, y también en un mensaje extraterrestre.

La ciencia dijo que es un fenómeno mecánico, en el que dos finas capas de hielo se encuentran, se empujan y forman esos dibujos que la imaginación de la gente le atribuía a seres guerreros de la mitología nórdica.