Las Águilas necesitan ayuda para levantar vuelo

Redacción de La Nueva.

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Por Kevin Di Donato

   Fundada el 16 de marzo de 2012 con la intención principal de establecer un equipo de fútbol para ciegos, participó, a lo largo de estos primeros años, en torneos en Santa Rosa, Córdoba, Buenos Aires, y hasta se presentó en el plano internacional, disputando partidos en Uruguay.

   Perteneció a la FADEC (Federación Argentina de Deportes para Ciegos) y enfrentó, por la zona Sur, a clubes como River, San Lorenzo y Huracán, pudiendo vencer las diversas dificultades económicas referidas a los viajes y estadías.

   Al ser una Organización No Gubernamental, sin fines de lucro, la realidad de Las Águilas siempre estuvo muy lejos de las de los grandes equipos de nuestro país, que reciben gran cantidad de dinero con publicidades y cuentan con miles de socios para sostenerse.

   Como una especie de broche de oro, y en pleno auge de la organización (en el aspecto deportivo), Bahía Blanca contó, en 2014, con el privilegio de recibir al seleccionado masculino de fútbol para ciegos de nuestro país Argentina. Los Murciélagos, como se los conoce, se han consagrado Campeones del Mundo en dos oportunidades y marcaron un antes y un después en este deporte, ganándose el respeto y cariño de la gente.

   La gestión local no se quedó estancada en el fútbol, sino que abrió el espectro y en el año 2015 sumó el tenis a sus actividades para ciegos. Allí se utiliza una pelota sonora y los lugares donde se practica deben ser bajo techo, sobre todo por el viento y la pérdida de acústica que se tiene en las canchas abiertas. Las reglas son similares a las del tenis convencional, aunque las principales diferencias se ven en las raquetas (Junior, no convencional) y en los piques (se permiten hasta 3).

   “Actualmente estamos en las canchas de Casablanca, que nos presta la peña “Boca un sentimiento”. Julio Alduvino es una excelente persona y siempre nos ha ayudado. Dejamos fijos los días jueves y sábado para entrenar allí. Son canchas de pádel, pero nos sirven de todas maneras”, declaró Sabrina, tenista y secretaria de Las Águilas.

   Hoy, un panorama austero se adueña de esta ONG, que siente la necesidad imperiosa del apoyo de toda la comunidad de la ciudad y la zona.

   “Un ex dirigente se llevó las cosas de entrenamiento porque supuestamente eran de él, cuando en realidad pertenecían a Las Águilas. Nos devolvió algunas, pero no todas”, alegan desde la comisión directiva.

   Este año no han podido participar del torneo de fútbol de la FADEC, debido a cuestiones estrictamente económicas. Es necesario que la gente pueda asociarse o realizar algún módico aporte para que esta institución siga subsistiendo y alojando a las personas ciegas que pretendan realizar algún deporte.La idea principal es hacer una campaña de socios para el próximo año y presentar un proyecto en la Municipalidad.

   Pese a todos los escollos, Las Aguilas viajarán el sábado 18 y el domingo 19 a Río Colorado, donde se establecerá un evento para mostrar todos los deportes destinados a gente con discapacidad. Además, El 28 y 29 de este mes, está proyectado un encuentro provincial entre todas las escuelas de tenis (Buenos Aires, Bahía Blanca y Tandil).

   Aquellos que quieran realizar donaciones, aportes o asociarse a la ONG Las Águilas, pueden comunicarse mediante correo electrónico a: aguilas.bahiablanca@gmail.com Teléfono: 291-436-2984 (Leandro).

Sabrina, una historia de superación

   Sabrina Ibarra tiene 21 años y se sumó en 2015 a la ONG. “Estaba haciendo un programa de radio referido a la discapacidad y vino un dirigente a hablar sobre Las Águilas. Yo siempre contaba que me gustaba el tenis”, dice, quien actualmente es jugadora y secretaria de la organización.

   Sabri, como le dicen en su entorno, menciona que “en ese momento eramos casi 10 chicos. Cuando yo llegué, el grupo estaba casi armado”.

   Hoy en día, tan sólo 5 personas forman parte del tenis, y hay una sola profesora, por lo que es extremadamente necesario que se sume más gente para colaborar.

   Expresa que antes, en la secundaria, “estaba excluída. Iban al recreo y si yo no le pedía a alguno que me acompañe, quedaba sola. Pero con el deporte me di cuenta de que podía ser independiente”.

   En la actualidad, sostiene que no dejaría de hacer esta actividad, y lo único que espera es “que siga en pie la ONG, porque tenemos muchos problemas. El sueño personal como deportista es el de ir a competir a Japón, con quienes crearon el tenis para ciegos”.

   Y para aquellos que en algún momento de inflexión en su vida, creen no encontrar salida, Sabrina brinda su propio consejo.

   “Desde mi discapacidad quiero decirle a cualquiera que crea que no puede salir de determinado problema, que sí se puede. Y más con el deporte”.

   El hecho de superar toda adversidad, de querer ser independiente, de no darle valor a problemas intrascendentes, de levantar cabeza y remar contra viento y marea, es el que la convierte en una verdadera campeona de la vida.