Seducción electoral, psicología y política

Guillermina Rizzo

guillerminarizzo@gmail.com

Sergio conoce a Ana y queda cautivado, “pagaría” por saber si en la mente de ella sucede lo mismo… José está a minutos de acceder a una entrevista laboral y “pagaría” por incursionar en la cabeza del gerente y conocer sus deseos respecto del perfil esperado.

Se trata de conquistar a alguien o algo, hay una serie de elementos que están presentes en torno a la situación: llamar la atención, seducir, causar buena impresión, persuadir, convencer para obtener un “sí”, se suceden casi como los pasos imprescindibles de cualquier manual. De acuerdo con los deseos y necesidades de llegar a los otros son muchos los que en más de una ocasión han dicho “si pudiera leer la mente de fulano sería genial…”.

Comienza marzo y faltan 162 días para la realización de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) donde se definirá qué partidos políticos quedarán habilitados para presentarse en los comicios nacionales de octubre.

¿Es sencillo incursionar en la mente humana? ¿Qué sucede en la cabeza de una persona al momento de elegir? ¿Las elecciones se asemejan a la seducción y el cortejo?

Desde ahora y hasta el 9 de agosto será un tiempo de discursos, peleas, sucesión de colorida cartelería, mensajes, jingles, situaciones impensadas, algunos apelarán a “bailar por un voto” y, consultores y gurúes cotizarán casi a la par de los candidatos.

Estudios cuantitativos son sumamente valiosos, pero existen múltiples situaciones que quedan por fuera de las leyes estadísticas, pues la forma en que las personas eligen, la manera en que se estructuran los deseos, quedan alejado de lo que expresaba Platón y los Iluministas, las decisiones no están regidas por procesos racionales, sino que las demandas, los sentimientos, las relaciones y en este caso los vínculos que establecen las sociedades con los sistemas de poder, están íntimamente condicionados por la historia, mitos, valores y creencias.

George Lakoff, en 2010, escribió un artículo para el libro Emotions in Politics and Compaigning, en el que hizo referencia al rol fundamental que tienen las emociones al momento de decidir y elegir. El desarrollo de las neurociencias corroboran lo expresado por el reconocido lingüista respecto de cómo funciona el cerebro, razón por la cual a partir de ahora quienes deseen ganar una elección no solo deberán conocer los deseos y necesidades, sino que deberán emprender un proceso “casi de cortejo” en el que el camino de seducción ofrezca y asegure la posibilidad de facilitarle la vida los ciudadanos de modo tal que pueda lograr el objetivo y en definitiva obtener el “sí”,

Resulta apasionante para algunos la relación entre la psicología y la política. A Freud le llevó años dilucidar todo lo referido al mundo psíquico, por ende percibir la imagen de un candidato y decidirse por uno u otro está atravesado por sentimientos y el inconsciente es parte del juego.

Elegir representantes debiera ser un tiempo de celebración en el que se le rinde tributo a la libertad, precedido por prestigiosos candidatos que al momento de intentar seducir a los votantes conozcan la mente y sus necesidades de manera genuina, que lideren con ideas superadoras expresadas de forma clara y simple sin perder de vista que los gestos comunican, en el que el humor sea una herramienta que contagie; cercanos y próximos, con pasión, autenticidad, hablando desde el corazón y teniendo como premisa lo que dijo el Papa Francisco: “El poder es servicio”, pues si bien la democracia cada dos años habilita “el cortejo” también, lamentablemente, habilita el desencanto.