Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Placas madre dedicadas a entusiastas y gamers

Con la llegada de los procesadores Intel Kaby Lake, también aparece en el mercado una nueva camada de motherboards dotados del chipset Z270.
Placas madre dedicadas a entusiastas y gamers. Tecnología. La Nueva. Bahía Blanca

RedUsers

Gigabyte estrena la marca Aorus para sus placas madre destinadas a entusiastas y gamers.

De hecho, la inscripción de Aorus y su logo, que es un águila plateada, aparecen en la caja y en el motherboard de manera más notable que el de Gigabyte. También se renueva la denominación de los distintos modelos que conforman la oferta del fabricante.

Mientras que en la generación anterior el Z170X-Gaming 7 solo era superado por el modelo Gaming G1, en esta oportunidad encontramos por encima del Z270X-Gaming 7 a los modelos Gaming 8 y Gaming 9, mientras que el Gaming 5 y el K5 se encuentran un escalón por debajo.

Si bien no hay información al respecto al momento de escribir estas líneas, no sería extraño ver surgir un modelo Gaming 3, más económico, en el futuro cercano.

A primera vista

El estilo visual de este Gaming 7 es algo más sobrio que el de la generación anterior, siempre que lo vemos sin las luces encendidas. El negro, el gris y el plateado son predominantes. Pero la cosa cambia radicalmente cuando se enciende, porque el motherboard tiene una gran cantidad de LEDs RGB, cuya coloración el usuario puede modificar con mucha precisión desde el sistema operativo.

Desde el punto de vista estético también se destaca la presencia del águila de AORUS sobre el gran disipador del chipset.

Para gamers

El formato del motherboard es un convencional ATX (30,5 x 24,4 cm), por lo que no habrá problemas en instalarlo en cualquier gabinete gamer.

Iluminación

El área que rodea al socket es amplia, suficiente para instalar cualquier clase de solución de refrigeración. De hecho, se integran nada menos que 6 conectores para ventiladores, uno de ellos señalado como “PUMP”, para una bomba de watercooling.

A la derecha del socket encontramos los zócalos para memoria RAM DDR4.

Aquí se puede colocar hasta un máximo de 64 GB, lo que es un módulo de 16 GB en cada uno de los conectores disponibles. Hay que notar que los zócalos de RAM vienen reforzados con una coraza de acero inoxidable, lo que no solo hace que luzcan excelentes, sino que evita que el mother se flexione al insertar módulos con fuerza.

También encontramos un blindaje de acero inoxidable en los tres slots PCI Express x16. Según Gigabyte, esto previene deformaciones y roturas al utilizar placas de video “pesadas”.

Si hablamos de gaming extremo (4K, VR, altas tasas de refresco) estamos seguramente considerando una solución multi-GPU. El Gaming 7 viene bien preparado para eso, con un generoso espaciado entre los primeros dos slots PCIe x16.

En configuración doble se pueden instalar tanto tarjetas de video Radeon (CrossFire) como GeForce (SLI).

En este caso, ambos slots funcionarán en modo x8, pero el ancho de banda es suficiente porque las líneas de conexión dedicadas funcionan en modo PCIe 3.0.

También se pueden colocar tres placas de video, pero solo del tipo Radeon.

Almacenamiento

En el ámbito del almacenamiento encontramos las mayores diferencias y mejores con respecto a la generación anterior de motherboards.

Y este es también un punto en el que el Gaming 7 marca distancia con respecto a productos de gamas inferiores.

Para empezar, tenemos 6 puertos SATA III de 6 Gbps, con soporte de los principales modos de RAID. A esto se les suma la presencia de 3 puertos SATA Express.

Tal cantidad de esta última interfaz es sorprendente, dado que se trata de una interfaz que nunca terminó de despegar y que no le vemos mucho futuro.

Donde sí hay futuro es en el conector U.2, que también encontramos en el Gaming 7. Este puerto, que vendrá muy bien a los próximos discos SSD, brinda un ancho de banda de 32 Gbps (¡4 Gigabytes por segundo) gracias a la utilización de 4 líneas PCIe 3.0.

También hay dos conectores M.2, capaces de soportar unidades en modos SATA y PCIe. Como buena medida a futuro, los M.2 pueden aceptar adaptadores para utilizar discos U.2.

La abundancia de conectores es impresionante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a veces pueden entrar en juego las limitaciones del chipset Intel Z270.

Por ejemplo, el último slot PCIe de tamaño x16, que realmente opera en modo x4, comparte ancho de banda con uno de los puertos M.2. Así que si se instala un SSD allí, el slot de tamaño x16 solo funciona en modo x2.

Y uno de los slots PCIe x1 tcomparte recursos dado que su utilización anula uno de los puertos SATA.