Un laburazo, pibe

Redacción de La Nueva.

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—Y... pará, dejame pensar... debe hacer como 30 años que vengo a este bar.

—¿Y cómo empezó a venir don Jaime?

—Por esa ventana.

—¿Por la ventana?

—A mí me gustaba una piba que vivía acá enfrente. Un día descubrí que desde la ventana del bar podía ver bien la puerta de su casa.

—...

—Me pedía un vermú y me quedaba esperando. La veía entrar, salir y de paso saber si estaba con alguien. Un día la vi salir con un hombre. Me desilusioné. Hasta que me enteré de que era el hermano.

—¿Y?

—Seguí mirando. Seguí esperando. No me animaba, yo era un pibito.

—Ah, ella era grande...

—No, como yo más o menos. Pero ella se llevaba el mundo por delante.

—Vaaaamoooos Jaime.

—Bue, la verdad era que me daba miedo.

—...

—Me la pasé 5 meses esperando y mirando.

—¿Y?

—Un día me puse mi ropa dominguera, compré un ramo de flores y hasta me puse perfume.

—¿Y?

—Ella salió de su casa con 2 nenitos de la mano.

—Uuufff.

—Sí, uffff.

—¿Y entonces?

—Me la pasé otros 3 meses averiguando. Hasta que supe que eran sus sobrinos.

—...

—Volví a ponerme mi ropa domiguera, perfume... las flores.

—...

—Y esa tarde salió de la casa muy abrazada con un hombre. En un mes supe que era su primo.

—Volvió a esperarla.

—Claro. Otra tarde el mismo ritual: perfume, traje y flores. Salió de su casa con un hombre mayor. Muy abrazada. Era su padre. Lo supe en una semana.

—¿Y?

—Otra vez, otra tarde, el mismo perfume, el mismo traje, el mismo ramo de flores. Esta vez era un compañero de trabajo. ¡Dos días me llevó, pibe!

—¿Y?

—¿Y? Estoy chocho. Te cobro 1.000 pesos el día si querés, si necesitás. En 2-3 días te averiguo lo que quieras: si tu novia te engaña, si alguien está atrás tuyo, si tu jefe es corrupto, si tu niñera cuida bien a tus hijos...

—Ah.

—La junto con pala, pibe. ¡Un laburazo! ¡Un laburazo!