Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Sonrisas que llegan al corazón: así celebra David Kohl su nueva vida

A seis meses de su última cirugía cardíaca el niño de Pedro Luro festeja la nueva etapa.
Fotos: Rodrigo García, Emmanuel Briane (La Nueva.) y gentileza María Inés Sosa.

  Anahí González
  agonzalez@lanueva.com

   Hace seis meses David estaba en Boston (EE.UU.) afrontando su sexta operación a corazón abierto luego de haber atravesado 8 cateterismos y decenas de estudios desde su nacimiento con una cardiopatía severa.

   Hoy, la enorme sonrisa al soplar las velitas de su cuarto cumpleaños lo dice todo. Está feliz. Atrás quedaron las noches sin dormir, las heridas y procedimientos invasivos, el miedo, el dolor. 

   La torta fue especial: la preparó su hermana Milena, de seis años. Mezcló los ingredientes, la llevó al horno con ayuda de mamá y solita la adornó con confites y velitas

   El guerrero que supo conmover a miles de corazones con su historia sigue en pie y con más ganas que nunca de celebrar la vida.

   Su familia, que lo acompañó a cada instante en esta lucha sin bajar los brazos, a pesar de recibir diagnósticos poco alentadores, vive este momento con una enorme alegría y agradecimiento.

   “Es increíble como él deja atrás todo lo vivido y disfruta cada momento, especialmente con sus hermanas, a quienes les festeja cada cosa que hacen”, contó su mamá.

   Su sonrisa es también el logro de una comunidad (la de Villarino, Bahía Blanca y la zona) que tanto el año pasado como el anterior logró reunir solidariamente los fondos que se necesitaban para concretar el tratamiento indicado para él en EE.UU.

   En adelante, si todo sigue como prevén los especialistas, David no deberá someterse a otra operación más allá de que debe realizarse controles frecuentes y un nuevo cateterismo en Boston en unos pocos meses.

   Antes y después

   En agosto pasado, la intervención en el Children's Hospital de Boston duró alrededor de seis horas y unos días más tarde David sufrió una descompensación que puso en vilo a especialistas y familiares. De hecho, los papás pidieron a los seguidores de la página de Facebook Corazón x Corazón que rezaran por el niño.

   “Hoy nos parece mentira estar tan tranquilos y sin contar los meses para una próxima cirugía. David está muy bien, muy contento, disfrutando de un verano hermoso, con mucho patio y bastante pileta con las hermanitas”, dijo la mamá.

   Desde su última cirugía se lo nota más fuerte y con más energías, no se cansa tanto. La idea es que pueda concurrir al jardín la mayor cantidad de días.

   En cuanto al habla dio un súper salto. De no pronunciar palabra hoy es capaz de decir unas cuántas. Aprendió los nombres de sus hermanas, el de Mirta (la enfermera que lo acompañó a EE.UU. junto con su mamá en 2015) y papá.

   “También, como todo chico, aprendió a decir Coca y agua ¡sus dos palabras fundamentales!”, dijo Inés.

   “Dos veces por semana visita a su kinesiólogo; no lo hace con mucho agrado pero esas sesiones son fundamentales para que pueda lograr el objetivo de caminar. Y otras dos veces va a lo de Jesi, la terapista. Con ella juega y se divierte con las actividades que le propone”, contó.

   Hasta el momento, los especialistas están contentos con los resultados de los controles que son frecuentes y con distintos profesionales.

   “Todas las noches rezamos con David, Mile y Lú y agradecemos por el milagro de David, el milagro de tenerlo y tener la familia mas unida”, confió la mamá.

   Empatía

   María Inés Sosa fue un pilar fundamental en la recuperación de David.

   En estos años adquirió un temple que le permitió no aflojar en los peores momentos.

   Por su experiencia, cada vez que puede o que se lo piden, colabora con otras familias que están pasando por situaciones similares.

   “Solo una mamá que vio a su hijo en una cama de hospital, en una terapia intensiva sabe lo que se siente. Serías capaz de entregar todo y de hacer cualquier cosa por ocupar ese lugar y sacar a tu hijo de ahí. Pero no se puede. Esos momentos son muy duros”, señaló.

   Aseguró que tomar la decisión de llevar a un hijo tan lejos a recibir una cirugía es algo muy difícil.

   “Hoy se está recuperando la pequeña Libertad en Boston. Con su mamá tenemos contacto continuo y si Dios quiere dentro de pocos meses tendremos otra princesa teniendo su cirugía en el mismo hospital”, dijo.

   Para ella nada sucede porque sí y todo trae una enseñanza.

   “A mí lo de David me enseñó que nada me tiene que dejar bajar los brazos. Uno puede llorar, estar cansado, hasta enojado, pero no bajar los brazos. Yo no me lo permito. Hay luchas que uno siente con el corazón que son correctas”, dijo.

   La terapia psicológica la ayudó en varias ocasiones a superar las situaciones más críticas más allá de que no asiste a sesiones de forma esporádica y no regularmente.

   “A veces creo que la necesito y otros días creo que no. Creo que mi mejor terapia son mis hijos, ellos me hacen reír tanto, me brindan tanto amor y son capaces de sacar de mí lo mejor, me dan paz y tranquilidad. Con ellos siento cuando estoy yendo por el camino correcto o cuando tengo cosas para corregir”, confesó.

   “Creo que en muchos momentos es bueno y necesario hacer terapia, son momentos difíciles que uno atraviesa y necesitás de alguien que te entienda cuando sentís que nadie lo puede hacer. Seguramente en algún momento piense en una terapia psicológica para David", dijo.

   Enseñanza. “Si hay algo que David me vino a enseñar a mí como mamá y a todos, como familia, es a valorar las pequeñas cosas de la vida. La felicidad está en los momentos en familia, en festejar un cumple con sus amiguitos o compartir un mate con la gente que queremos. Nos enseñó a ser agradecidos con todo lo que tenemos, desde la casa y la familia hasta el trabajo de todos los días”, dijo María Inés Sosa.

   Cómo es David. Le encantan los autos, principalmente los autos chicos. Es muy bueno, no pelea nunca y le gusta la tranquilidad y compartir sus juguetes. “Es emocionante verlo por la casa gatear por todos lados. Por ahí lo buscás para ver qué está haciendo y seguramente en algún rincón encontró un autito y se puso a jugar”, contó.

   Hasta cuándo. “Estos 4 años de David no fueron fáciles para él ni para la familia. Pasaron tantas cosas...Hubo momentos que nos preguntábamos "Hasta cuando" o "Cuánto más". Nos costó mucho separarnos más de una vez y dejar nuestra casa por mucho tiempo. Pero hoy le agradecemos a Dios este gran milagro de poder disfrutar cada día de nuestra familia y de esta vida llena de cosas lindas”.

   Los tres mosqueteros. David tiene dos hermanas, Milena, de seis años y Luana, de dos. “Milena es un amor con él, lo cuida y ayuda en todo lo que David no puede hacer, a diferencia de Luana que tiene 2 años y lo trata de igual a igual, lo pelea por los mismos juguetes y se enoja con él ¡Es tremenda!”, contó la mamá, quien trabaja como administrativa.

   Campaña. En septiembre de 2015 David fue operado en Boston por quinta vez. Viajó con su mamá y Mirta, una enfermera que lo adora. Los costos de la cirugía se afrontaron gracias a una campaña récord. En menos de dos meses la comunidad reunió 150 mil dólares.

   El año pasado, para la sexta cirugía, la gente también colaboró y se juntaron tapitas plásticas. Miles de vecinos del distrito de Villarino y de una amplia zona de la región se plegaron a bingos, guitarreadas, caminatas, clases de zumba, venta de pasteles, empanadas, reciclado y demás eventos. Finalmente la Justicia determinó que la Obra Social Osecac debía hacerse cargo de los costos.