Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Cardenal investigado por presunto encubrimiento de curas pedófilos dice tener “apoyo total” del Papa

Se trata del australiano George Pell.
Fotos: Reuters

   El cardenal australiano George Pell, investigado por la Justicia de su país en una causa por supuestos encubrimientos a casos de pedofilia, esgrimió tener "apoyo total" del papa Francisco.

   "Cuento con el apoyo total del Papa", declaró anoche antes de la segunda jornada de testimonio por videoconferencia con la justicia australiana en una causa que investiga supuestos casos de pederastía en ese país entre 1970 y 1980.

   Ayer, antes de la declaración que el australiano hizo desde el Hotel Quirinale de la capital italiana, fue recibido por el papa Francisco en la Santa Sede en una audiencia que duró algo menos de 45 minutos, según ratificaron fuentes vaticanas a Télam.

   Pell, prefecto de la secretaría de Economía del Vaticano, aseguró el domingo, en la primera jornada de declaración ante la Justicia, que la Iglesia "cometió errores y trabaja para remediarlos" al declarar en una causa que investiga la protección eclesial a religiosos acusados de pederastía.

   "No puedo decir que jamás hubiera sabido que todo el mundo sabía. Yo no sabía si era o no era notorio. Es una historia triste que no tenía gran interés para mí", agregó el también miembro del Consejo Asesor del Papa conocido como C9, según consignó el sitio El Sismógrafo.

   Según el prefecto de la Secretaría Económica del Vaticano, la Iglesia "hizo un desastre de estas cosas y defraudó a personas" y por mucho tiempo desechó denuncias creíbles de abusos "en circunstancias absolutamente escandalosas".

   En su tercera comparecencia en la causa que investiga las denuncias de pedofilia del ex obispo de Ballarat Ronald Mulkearns, Pell describió como una "catástrofe para la Iglesia" el manejo que hizo Mulkearns del caso de Gerald Ridsdale, el sacerdote pedófilo más famoso en Australia, e incluso hizo un "mea culpa" al reconocer que él también había cometido errores por creer con frecuencia a los sacerdotes y no a las víctimas que denunciaban los abusos. (Télam)