Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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El abrazo que tardó 17 años

En 1997 a Celeste Nurse le arrebataron de sus brazos a su bebé, Zephany. Nunca dejó de buscarla. Vivieron separadas por pocos kilómetros. La vida, finalmente, las reunió.
Morné y Celeste, los padres de Zephany, llegan al tribunal de Ciudad del Cabo, donde se investigará el caso.

Agencia EFE

La sudafricana Celeste Nurse reencontró a su hija Zephany, 17 años después de que le fuera robada mientras dormía en sus brazos en un hospital de Ciudad del Cabo a los tres días de haber dado a luz.

Todo comenzó cuando Cassidy Nurse, hermana biológica de Zephany, ingresó a la misma escuela que la adolescente arrancada de los brazos de sus padres.

Los compañeros de Cassidy, de 13 años, notaron el gran parecido de la niña con una alumna de 17 años.

Cassidy lo comentó en casa, y, esperanzados ante la posibilidad de que fuera el bebé robado, sus padres, Celeste y Morné Nurse, invitaron a la joven a su casa, con la excusa de conocer a la compañera de su hija.

Al constatar la enorme semblanza de las dos, Morné Nurse llamó a la policía y una prueba de ADN confirmó la semana pasada que Zephany es el bebé que fue sacado de los brazos de Celeste en 1997.

"Sin saberlo, Celeste y Morné Nurse han estado viviendo a un par de kilómetros de su hija", escribe el diario "The Star".

La policía ha detenido a la madre adoptiva, de 50 años, de Zephany, que creció con otro nombre en una familia que la joven no sabía que no era la suya.

"La sospechosa será acusada de secuestro y fraude", indicó el portavoz policial André Traut, quien explicó que la detenida y su marido no tenían otros hijos.

Zephany se encuentra bajo custodia de los servicios sociales a la espera de que se resuelva la situación.

Los Morné -que tienen otros tres hijos además de Zephany- celebraban cada 28 de abril el cumpleaños de su hija desaparecida.

En una entrevista concedida al periódico “Weekend Argus”, en 2010, Morné Nurse declaró que nunca dejaría de buscar. "Mi hija está ahí afuera y va a volver a casa", aseguró entonces.

Bachelet con Valentina

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, visitó ayer, en un hospital de Santiago, a Valentina Maureira, la joven de 14 años que padece fibrosis quística y que le pidió en un vieo autorización para morir y poner fin a su sufrimiento.

El caso de esta chica reabrió en Chile el debate sobre la eutanasia, aunque el jueves pasado el gobierno rechazó la solicitud de la enferma porque la normativa vigente no lo permite.

Maureira colgó el domingo pasado un video en su cuenta de Facebook en el que señalaba estar "cansada de vivir con esta enfermedad" y le pedía a Bachelet autorización para quedarse "dormida para siempre".

El gobierno chileno se ha mostrado dispuesto a prestar apoyo a la joven y su familia, aunque ha recalcado que no puede autorizar la eutanasia médica porque no existe en la legisla