Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Esas palabras que se les dicen a los hijos

“Ponerlos en un pedestal a una edad temprana podría dificultar su crecimiento”, dice un especialista. Bárbara Asnaghi / Yahoo
Según especialistas las formas de elogiar a los hijos no siempre son las ideales.

Según especialistas las formas de elogiar a los hijos no siempre son las ideales.

“Aunque sea con buenas intenciones, poner a los niños en un pedestal a una edad temprana podría dificultar incluso, su crecimiento”, dice el psicólogo clínico, Paul Donahue, en el sitio WebMD.

Renee Jain, autora y coach practicante de la psicología positiva en el sitio Psych Central, agrega: “Algunos estudios encontraron que la forma en la que alabamos a los niños puede afectar su forma de pensar y, a su vez, su propensión a asumir retos, perseverar y tener éxito académico. Por ende, existen 2 mentalidades particulares: la fija vs. el crecimiento”.

“Es inteligente naturalmente”, oímos decir más de una vez. Este tipo de observaciones, según la experta, partirían de un pensamiento inmutable, de acuerdo al cual, “inteligente se nace”, y cualquier esfuerzo para superarse sería en vano si no tocaron en suerte los atributos correctos. En consecuencia, los niños con este pensamiento intentarían evadir exámenes o pruebas que los expongan a poner en duda esa habilidad que ellos creen natural.

En cambio los que coinciden con la teoría del crecimiento sostienen que los niños con esta forma de pensar, tendrían más en claro que el cerebro es un músculo que puede crecer y desarrollarse con estudio y esfuerzo, por lo que suelen destacarse positivamente en los desafíos que se les presentan.

Entonces, ¿cómo elogiarlos para que cultiven un pensamiento que no sea fijo?

- Premia el proceso, no a la persona: en lugar de decirle “sos creativo”, decile: “encontraste un buen modo de resolverlo”. Además, procura ser específico: “Parece que eres bueno en matemáticas”. Y elogiá el esfuerzo con palabras como: “Se nota que te esforzaste mucho”, como sugiere Jain.

- Premialo por aprender nuevas cosas: ¿Tu hijo consiguió finalmente atarse los cordones de las zapatillas? Felicitalo por haberlo intentado sin tener miedo a equivocarse, como recomienda Donahue.

- No lo elogies por lo obvio: “Si te la pasás adulando sus atributos (“¡Qué hermoso, inteligente, talentoso eres!”) llegará un momento en que tu hijo se acostumbrará y dejarán de tener significado”, indica el experto.