Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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El duelo afecta mucho más a las personas de edad

Sabidas son las consecuencia que tienen en nosotros la pérdida de un ser querido. Pues bien, ahora se ha estudiado el impacto que produce en la gente.

La pérdida de un ser querido abre una etapa vivencial en la que la persona experimenta múltiples sensaciones que tienen como hilo conductor la tristeza.

Claro que ese pesar, cuya duración es variable (semanas, meses o, incluso, años) puede tener un impacto en distintas esferas de la vida de quien atraviesa el duelo.

Por ejemplo, ausentismo laboral, retraimiento social e, incluso, un mayor riesgo de enfermar.

Un reciente estudio sugiere que el duelo tiene un impacto negativo sobre las defensas del organismo que hacen más propensa a la persona a contraer enfermedades infecciosas.

"Durante las difíciles semanas y meses tras una pérdida, podemos sufrir de una reducción en la función de los neutrófilos, explicó la doctora Ana Phillips, profesora de Medicina Conductual de la Universidad de Birmingham (Estados Unidos), autora principal de un estudio cuyas conclusiones acaban de ser publicadas en la revista especializada "Immunity and Aging".

¿Qué son los neutrófilos? Son el tipo más abundante de glóbulos blancos y, como tal, son esenciales para combatir las infecciones y enfermedades, por lo que son esenciales para combatir las infecciones y enfermedades, de forma que nos hacemos más vulnerables cuando esto sucede.

La doctora Philips investigó el impacto del duelo, haciendo foco en las personas mayores.

Observó que el equilibrio de las hormonas del estrés durante el luto cambia con la edad, lo que hace que a medida que pasan los años la pérdida de un ser querido tenga un efectivo negativo, aun mayor sobre el sistema inmunológico.

"Los efectos de la pérdida se comprenden mal en general. Sabemos que afecta al sistema inmunitario, entre otras cosas, pero no comprendemos del todo el rol que desempeñan nuestras hormonas del estrés", señaló la investigadora.

Agregó que ahora se espera que este sea un paso hacia esa comprensión y hacia poder proveer el mejor respaldo posible.

Según explicó la doctora Janet Lord, profesora de biología de las células inmunitarias de la mencionada universidad, quien también participó en el estudio, se sabe que el cortisol (una hormona producida por las glándulas suprarrenales) suprime elementos del sistema inmunitario en épocas de un estrés alto.

En consecuencia tener una proporción desequilibrada de cortisol y de DHEA-S (otra de las hormonas involucradas) afecta qué tan bien podemos defendernos de las enfermedades e infecciones cuando estamos de luto.

El balance entre esas dos hormonas que impacta sobre el sistema inmunitario se modifica con el paso de los años.

Eso quedó expuesto en el estudio del que participaron adultos de distintas edades que se enfrentaban a la pérdida del cónyuge o de un familiar cercano de manera reciente.