Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Un conjunto en lo alto, símbolo de un banco y una época

Es parte de la exsede del banco de la Provincia: simboliza el comercio y la industria al amparo de la Nación.

Mario R. Minervino

mminervino@lanueva.com

En la primera cuadra de calle Alsina, frente a la plaza Rivadavia, se ubica el inmueble donde, hasta 1981, funcionó la sucursal local del banco de la Provincia de Buenos Aires, una de las obras de arquitectura más destacadas de la ciudad, bien patrimonial con rango de Monumento Histórico Nacional.

Más allá de sus relevantes componentes artísticos, la calidad de la mano de obra de su fachada, en excelente estado a punto de cumplir su primer centenario, uno de los elementos singulares es su remate, compuesto por un inédito conjunto escultórico, único en su tipo construido por esa entidad bancaria en sus más de 100 sucursales levantadas en la primera mitad del siglo XX.

El edificio

La que fuera sede del banco Provincia es, desde principios de los 80, una extensión de la municipalidad, con la cual se comunica, manteniendo su acceso principal, tanto a la planta baja como a los pisos superiores.

El edificio, habilitado en 1918, fue diseñado por el arquitecto Luis Rocca, responsable del proyecto de 43 sedes para la entidad bancaria en todo el territorio bonaerense.

La sede ocupa un terreno de 30 metros de frente y en principio se planteó retirarla de la línea municipal, de modo de generar una mejor convivencia con el palacio Municipal. Sin embargo esa idea no prosperó, aunque el tratamiento que se hizo a la medianera que da sobre su vecino mejoró en mucho esa vecindad.

El lenguaje de la fachada es historicista, con la vista puesta en la arquitectura clásica. Se dijo en la época que se destacaba por su “severidad, perfecta armonía y buen gusto”, relacionado con la propuesta bancaria de principios de siglo, generando edificios solemnes y serios, para proteger el dinero de los clientes y fomentar el comercio y la industria.

El remate

En la parte superior, a 20 metros del piso, se ubica el particular grupo escultórico que oficia como remate.

Se trata de la figura central de una mujer que representa a la Nación, bajo cuyo amparo estamos todos. A sus pies, el escudo nacional, y en sus manos, espigas de trigo, en referencia a la riqueza agrícola de esta región.

A su derecha se ubica Mercurio (en la mitología romana, Hermes en la griega), dios del comercio, una de las actividades a las cuales buscaba favorecer el banco. En su mano derecha tiene un caduceo, símbolo del comercio y de las ciencias económicas, en su forma clásica de una vara rodeada de dos serpientes enroscadas.

Cuenta Ovidio que Mercurio las encontró peleando entre sí y se propuso separarlas. Sin embargo, cuando interpuso su vara, ambas se enlazaron y se situaron frente a frente, sin atacarse. La elevación había puesto fin al enfrentamiento.

En la mano izquierda, lleva un bolsón de monedas y, como dios de los viajeros, alas en su casco y sandalias.

Por último, a la izquierda de la mujer, un hombre representa a la industria, apoyado sobre una rueda dentada y con un yunque y un martillo.

El conjunto da cuenta de las principales actividades de la sociedad, al amparo de la Nación, sostenidas por el crédito de la entidad.