Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Ellos buscan conocer su origen

Son más de 400 personas que necesitan saber quiénes son y se anotaron en la Primera Base de Datos Nacional de la Argentina. Robaron su identidad biológica al nacer y desconocen de dónde provienen y si tienen familia.
Claudia Lis contó su historia y qué hizo cuando se enteró de que no era hija biológica de la persona que la estaba criando.

Más de 400 personas que desconocen su identidad biológica porque fueron robadas al nacer, pero cuyos casos no se enmarcan en el terrorismo de Estado, ya solicitaron ser inscriptas en la primera base de datos nacional para cuantificar esta problemática que permitirá avanzar luego en la creación de un banco genético especial y en el entrecruzamiento masivo de datos con los de madres que buscan a sus hijos.

No obstante, se espera que sean muchos más los incorporados en este registro estadístico que comenzó a confeccionarse en el ámbito de la Secretaria de Derechos Humanos, porque el Banco Nacional de Datos Genéticos acumula más de 9.000 negativos, es decir, personas que aun habiendo nacido en 1975-1983, no tienen vínculo con víctimas de la dictadura.

Por otro lado, las organizaciones que trabajan con la temática calculan que son unas tres millones las personas que están buscando saber quiénes son o dónde está aquel hijo o hija que tuvieron y fue dado por muerto, robado o cedido en un momento de desesperación o bajo presiones.

A la confección de esta base de datos, que también incluye a esas madres, está abocada la Red de Trabajo sobre Identidad Biológica (RETIB) de la Secretaría de Derechos Humanos que fue creada a fines de junio. Esta medida se adoptó a partir del reclamo de víctimas individuales, grupos y ONGs que junto a funcionarios del área conformaron una mesa de trabajo de 13 integrantes que se reúnen periódicamente.

Y si bien celebran la creación de este espacio y reconocen que “es la primera vez que se visualiza específicamente en el Estado la problemática”, las organizaciones reclaman mayor celeridad en las entrevistas previas para la incorporación a la base de datos así como la realización de perfiles de ADN gratuitos hasta tanto se cree un banco especial. También piden una mayor difusión que permita aumentar el número de inscriptos y el inicio de una investigación histórica para cada uno de los casos.

Una de las víctimas que integran esa mesa es Clara Lis, quien de bebé fue vendida a su madre de crianza por una partera hoy condenada a siete años de prisión.

“Yo nací en 1978 y cuando supe que no era hija de quienes me criaron, fui a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) con la expectativa de que me diera positivo y con la contradicción de que eso iría de la mano con una historia muy dolorosa”, dijo Lis a Télam.