Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Misa despedida y nuevos destinos pastorales en Bahía y la región

El martes, el padre Roberto Buckle se despidió de la comunidad de Santa Teresita después de 17 años y se celebró la llegada de Jorge Wagner.
El padre Roberto Buckle, Monseñor Néstor Navarro, el Obispo Coadjutor Fray Carlos Aspiroz Costa, el padre Jorge Wagner y el cura de White y maestro de ceremonia, Luciano Guardia. Fotos: Facundo Morales-La Nueva

Laura Gregorietti

lgregorietti@lanueva.com

Entre algunas lágrimas, sonrisas y aplausos, la comunidad de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús (Villarino 460), despidió a quien fue su pastor por 17 años: el padre Roberto Buckle, que en su nuevo destino pasará a cumplir funciones en la parroquia Nuestra Señora del Carmen de Tres Arroyos.

En su lugar, asumió el guaminense Jorge Wagner, quien venía desempeñando su tarea religiosa en la parroquia San Luis Gonzaga y las siete comunidades que tiene a cargo.

Meses atrás se había anunciado que "atendiendo a las necesidades actuales de la Arquidiócesis y persiguiendo un mejor servicio pastoral, se habían designado nuevos destinos pastorales para sacerdotes y diáconos y que los cambios tendrían lugar, en su mayoría, luego de la celebración de la Pascua".

La ceremonica de "bienvenida y despedida", concelebrada el pasado martes en la parroquia Santa Teresita, contó además con la presencia del Obispo Coadjutor Fray Carlos Aspiroz Costa y de Monseñor Navarro, además de varios sacerdotes de otras parroquias de nuestra ciudad como los padres JoséMaría Masson, Horacio Fuhr y el padre Mauro, de San Roque, entre otros.

En su bienvenida, el padre Roberto recordó que en los casi 80 años de vida de la parroquia, el padre Wagner sería el cuarto párroco que asumiría allí una tarea pastoral.

"Bienvenidos a todos a celebrar. Sos el pastor natural de esta parcela. Esta comunidad será para vos tu familia", dijo.

Y habló un "Gorrión"

Corriendo de acá para allá, recibiendo presentes, abrazos, sonrisas y hasta alguna lágrima que el padre Roberto no dudó en calmar con un oportuno abrazo, así fueron sus últimas horas en nuestra ciudad.

- "Hola, Gorrión", lo saluda un scout. El padre Roberto, conocido en el Movimiento Scout de la ciudad, con mirada cómplice le respondió entre risas: "Me quería poner de nombre 'Halcón', pero no me daba el fuselaje".

-¿Cómo se vuelve a empezar Padre Roberto?

-Dios da mucho entusiasmo. Yo estoy muy ilusionado, y con mucha alegría por llegar a Tres Arroyos y en realidad voy a continuar algo, porque allá hay dos sacerdotes que están trabajando muy bien y cuando vos vas a sumarte a un equipo, vas más tranquilo. En lo cotidiano, vendrá esto de conocer a unos, de acompañar a otros, de bendecir una casa, y asi uno va introduciéndose en la vida del pueblo que ha sido destinado. Se arranca de a poco y con paso firme".

-¿Qué deja en Bahía?

-"Aquí quedan con un excelente representante. La comunidad de Santa Teresita está haciendo las cosas bien, con garra y empuje. Son personas que buscan el servicio, que pone al hermano por delante. Es una comunidad en crecimiento, con una gran cantidad de servicios pastorales en marcha y muchísima gente involucrada trabajando. Jorge es una persona con un corazón de oro y que posee una capacidad de gestión excelente, es hombre de una profunda espiritualidad. Un sacerdote muy serio en su mirada de la iglesia, muy aggiornado y de meterse a caminar con la gente, por eso estoy seguro que la gente de Santa Teresita quedará en excelentes manos".

-La pregunta que se hacen todos los fieles es por qué la Iglesia los cambia de destino.

-Dios me manda porque El tiene sus planes. La práctica de la Iglesia de cambiar los sacerdotes es porque encuentra una riqueza para los sacerdotes y una riqueza par a las comunidades y además, lo fundamental es que es un acto misionero. Nosotros los sacerdotes le vivimos diciendo a la gente que la Iglesia es misionera y que tenemos que desinstalarnos y salir para otros lados, somos nosotros los que primero tenemos que dar este ejemplo misionero".

En breve

"Hay que empezar de a poco",dijo el padre Jorge Wagner

"Hay que empezar de a poco, otra vez, pero muy contento porque entiendo que Dios quiere esto y nuestra vida tiene ese misterio de fe. Es una alegría muy grande el estar acá en esta comunidad de la cual estoy seguro voy a aprender mucho. Juntos iremos haciendo un camino en familia".
"Todo este movimiento es en parte porque hay una carencia muy grande de sacerdotes sobre todo de algunas comunidades religiosas y esta situación ha generado que se tenga que mover las piezas para cubrir estas vacantes. Otra causa es los sacerdotes nuevos que gracias a Dios vienen llegando y ahora les toca a ellos ser párrocos y van ocupando parroquias. Y los que van teniendo experiencia son destinados a parroquias más grandes".
En Santa Teresita
Una tarea pastoral que duró 43 años
El padre Jorge Koenig estuvo 43 años en Santa Teresita y los últimos 4 estuvo junto al padre Roberto, que fue su vicario. "Fue un hombre que me ayudó muchísimo. Tenía más de 80 años cuando me recibió a mí que tenía 32  y me permitió desarrollar proyectos pastorales, comenzar a trabajar con jóvenes y siempre fue muy respetuoso de mis iniciativas y eso lo valoré siempre muchísimo" dijo el Padre Roberto.

"Hay que empezar de a poco, otra vez, pero muy contento porque entiendo que Dios quiere esto y nuestra vida tiene ese misterio de fe. Es una alegría muy grande el estar acá en esta comunidad de la cual estoy seguro voy a aprender mucho. Juntos iremos haciendo un camino en familia".

"Todo este movimiento es en parte porque hay una carencia muy grande de sacerdotes sobre todo de algunas comunidades religiosas y esta situación ha generado que se tenga que mover las piezas para cubrir estas vacantes. Otra causa es los sacerdotes nuevos que gracias a Dios vienen llegando y ahora les toca a ellos ser párrocos y van ocupando parroquias. Y los que van teniendo experiencia son destinados a parroquias más grandes".

En Santa Teresita,una tarea pastoral que duró 43 años

El padre Jorge Koenig estuvo 43 años en Santa Teresita y los últimos 4 estuvo junto al padre Roberto, que fue su vicario. "Fue un hombre que me ayudó muchísimo. Tenía más de 80 años cuando me recibió a mí que tenía 32  y me permitió desarrollar proyectos pastorales, comenzar a trabajar con jóvenes y siempre fue muy respetuoso de mis iniciativas y eso lo valoré siempre muchísimo" dijo el Padre Roberto.