Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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El coliseo de Verona, a cubierto luego de dos mil años

El anfiteatro romano ubicado en el norte de Italia se utiliza todo el año en diversos espectáculos.
El coliseo de Verona, a cubierto luego de dos mil años. Turismo. La Nueva. Bahía Blanca

Mario R. Minervino

mminervino@lanueva.com

Los romanos crearon un imperio --el mayor en la historia de la humanidad-- y en la inmensidad de su territorio construyeron cientosde obras, edificios monumentales, que testimoniaban su presencia y poder. Las sólidas obras, apoyadas en gruesos muros de piedra y de argamasa, han logrado sortear el paso de los siglos y los milenios, dando testimonio de la capacidad construtiva de esa civilización cuya influencia se mantiene hasta nuestros días.

Entre esas construcciones, los anfiteatros fueron una de las más destacadas, destinadas a acoger juegos y espectáculos. Su diseño surgió de enfrentar dos teatros, pasando así de la forma de herradura a la forma ovalada. En estos coliseos los romanos desplegaron la pol{itica Panem et circenses («pan y circo»), práctica para mantener ocupada a la población y ocultar hechos controvertidos.

Un coliseo a cubierto

Cuando se menciona a un coliseo es difícil no asociarlo con el que existe en Roma, "El coliseo Romano", como si fuera el único, cuando en realidad es uno más de casi centenar que los romanos levantaron en su territorio. Los hay en Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Croacia, España, Austria, Túnez y Suiza, entre tantos. Sin embargo pocos se conservan tan bien como el ubicado en Verona, al norte de Italia, la ciudad donde se amaron Romeo y Julieta.

Por estas horas se ha desatado una polémica por la propuesta de cubrirlo con una gran tela, atento a que el edificio se utiliza para todo tipo de espectáculo, apoyado en su buen estado y su excelente acústica.

Milenios

Construido en el año 30, la Arena de Verona es sede del festival de ópera desde 1913. Con 12 mil metros cuadrados, la cubierta textil se extenderá y se recogerá para proteger a los espectadores de condiciones atmosféricas adversas. Costará 13,5 millones de euros y su finalización está prevista en tres años.

El toldo se extiende y recoge con cierta rapidez y su ingeniería se impuso entre 87 propuestas procedentes de todo el mundo. Cubrir{a el anfiteatro para evitar la lluvia, principal enemigo de la estructura.

El diseño incluye un anillo de compresión que sostiene la membrana. Un mecanismo inteligente, una red de cables móviles en forma de abanico, puede ser retraído cuando el tiempo es favorable. Desde el exterior es apenas visible, lo que significa que el carácter histórico del edificio se mantiene.

De inmediato surgió la polémica. Muchos no aceptan ver cubierto un anfiteatro tras dos mil años. Los veroneses llaman al toldo la sábana y se preguntan si no es un pegote que insulta a una obra milenaria. «Cubrirlo lo transforma en otra cosa», comentó el arquitecto Mario Botta. El arquitecto Massimiliano Fuksas es, en cambio, partidario: «Har{a posible aprovecharlo en el invierno». La discusión está abierta. Panem et circenses