Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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La belleza en el alma de lo útil

Dos referentes internacionales del diseño estuvieron en Bahía Blanca y hablaron con La Nueva.
Juan Cavallero y Ricardo Blanca: sin duda algunos de sus diseños viven entre ustedes.

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

No es simple definir que es el diseño. Porque se trata de una tarea que desarrolla el hombre desde su creatividad y que debe responder y amoldarse a un amplio conjunto de variables y condimentos, que van desde la utilidad, la estética, la novedad y hasta lo simbólico.

Hoy en día, el mercado reconoce (y el público lo valora) los "objetos de diseño", que abarcan desde sillas hasta lámparas, pasando por adornos y cubiertos.

La realización en nuestra ciudad del encuentro Seis Grados, organizado por las empresas Fv y Ferrum, permitió la llegada de Ricardo Blanco y Juan Cavallero, dos de los máximos exponentes del diseño en el país, cuyo trabajo ha trascendido el ámbito nacional y abarcado los más disímiles rubros.

En entrevista con La Nueva. dan sus opiniones sobre su profesión, que tiene tanto de creatividad como de estudio, paciencia, investigación, trabajo y esfuerzo.

Blanco, primero

Una verdadera leyenda del diseño, si usted se sienta en una silla del salón Borges de la Biblioteca Nacional estará usando una creación de Blanco. También cuando mira el logo de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Con título académico de arquitecto, muy poco ejerció esta profesión para inclinarse al campo del diseño industrial, profesión que, explica, tiene en el país una existencia de casi un siglo.

"En ese tiempo fue tomando distintas formas y está institucionalizado desde los 60, con su enseñanza y merced a varias empresas que comienzan a apostar a sus propios diseños. Hoy mucha gente joven trabaja en diseño, más allá de que las empresas grandes siguen apostando a la producción masiva".

Reconoce que en el país se hacen "cosas interesantes y bien hechas" y destaca la postura de algunas empresas, como Fv y Ferrum que "han apostado al diseño como un activo cultural importante".

El resultado de esta decisión es que todos sus productos son de alta gama y de persistencia, además de provocar que la gente exija siempre una renovación en los productos.

Menciona, por último, que si bien a la hora de diseñar se busca la belleza, también se piensa en términos de producción industrial. "El diseño debe tratar de ser equitativo. A veces los diseñadores tiene predilección por el campo estético, pero eso no es excluyente. En general es el público el que marca una tendencia".

Un valor agregado

Para Juan Cavallero, diseñador y artista, las directrices del diseño actual la marcan dos elementos: el mercado y el talento de los diseñadores.

"No hay una demanda por algún objeto en especial. El diseñador está para producir lo que quiere salvo cuanto tiene pedidos puntuales de las empresas. En nuestro país son pocas las firmas con diseñadores propios, diferente a Europa, donde cada una tiene su propio equipo", indica.

No tiene dudas en asegurar que el diseño es un valor agregado para cualquier producto, que le permite competir de mejor manera en el mercado.

"Es lo que sube el precio del producto, el componente que lo diferencia de los demás, lo posiciona en otro lugar, considerando que algo bello hace más feliz la vida de la gente".

En el caso particular de la grifería y los sanitarios, el profesional explica que hoy existe una gran atención en generar productos que economicen el uso del agua. "Desde la grifería electrónica hasta los artículos de baño, que se piensan para que operen con una cantidad restringida de líquido. Es un componente muy controlado por las empresas porque es un argumento de venta importante".