Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Por América en un Citroën

Micaela Bedano y Facundo Properzi partieron de Río Cuarto en 2011. En cinco años, lograron unir la Argentina y México en auto. Recorrieron un total de 16 países y 80.000 kilómetros.
Dos aventureros a bordo de un Citroën 3CV. “El auto forma parte de nuestras vidas”, dijeron.

La pareja conformada por Micaela Bedano y Facundo Properzi regresó a Río Cuarto, ciudad de la que partieron en 2011 , después de recorrer 16 países latinoamericanos en cinco años y cuatro meses de travesía en un Citroën 3 CV de 1977 fabricado en Buenos Aires.

Los jóvenes ingresaron a la ciudad cordobesa escoltados por una caravana de autos ante la presencia de familiares, amigos y transeúntes.

Micaela Bedano manifestó a un medio local su felicidad por volver a su tierra y contó que antes de arribar a Río Cuarto, pasaron por el pueblo santafesino de Pérez, donde su compañero nació y tiene a toda su familia.

Por su parte Facundo Properzi, señalo a Canal 13 de Río Cuarto que recorrieron 16 países y más de 80.000 kilómetros de los cuales 3.000 fueron en la región amazónica.

Los viajeros se sustentaron con el dinero que ganaban haciendo artesanías en macramé, alpaca y piedra.

"También vendemos postales del viaje y unos libros de cuentos que armó Mica con recopilación de leyendas de América latina”, describió Properzi, y añadió: “Con lo que sacamos podemos mantener este modo de vida”.

Los jóvenes idearon su periplo una vez que ambos concluyeron sus estudios de grado en la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Sobre la travesía Bedano relató que "un turista tiene un paréntesis en su vida. Hace un viaje con un inicio y un final. Ser viajero es otra cosa. Es un modo de vida que salimos a descubrir". El viaje tuvo un sentido de identidad de mirar hacia adentro de América , agregó la joven.

También comentó "Salimos a buscar los distintos modos de vida. Que se nos abran la cabeza y el corazón, conocer lo que más pudiéramos y sobrevivir en el camino", dijo. Los jóvenes lograron hacer infinidad de amistades en el extenso periplo y agradecieron el apoyo de todas las personas que se cruzaron en el camino.

Los “Citronautas de América Mestiza”, como se hacen llamar Micaela y Facundo, sostuvieron que no todo es color de rosa. Algunas veces los autos fallan y deben arreglarlos.

Cuando “Don Baldomero” se rompe (así le dicen al auto) deben mandar a pedir los repuestos a Argentina porque “no los consiguen en otro lugar”.

Todos destacaron que en los habitáculos “no se puede dormir”, por eso paran en hostels , cuarteles de bomberos, parques nacionales y casas de amigos.

La pareja expresó que el balance del viaje fue muy positivo y que durante un tiempo permanecerán en Río Cuarto y que no piensan vender el Citroën por que es parte de ellos.

Ambos explicaron que si bien hay mucha gente que viaja, es relativamente menor el número que lo hace en un vehículo y reconocen que los autos “despiertan energía muy positiva en las personas y son un objeto llamativo” para entrar en las comunidades.

“Se vislumbra en la sonrisa que le sacás a la gente. Además, se acercan y te preguntan sobre la mecánica del automóvil”, detalló Properzi.

Finalmente ambos viajeron señalaron que el "ser itinerante" es su estilo de vida y que pronto emprenderán nuevos caminos.