Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Existe una secuela frecuente del ACV que podría llegar a tener una salida

Con un diagnóstico diferencial inmediato que indique la forma en que este evento afectó las capacidades lingüísticas, se asegura que es posible mejorar sus efectos.
Existe una secuela frecuente del ACV que podría llegar a tener una salida. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

Lo que se conoce como accidente cerebrovascular (ACV) o stroke (o "infarto cerebral") no sólo es potencialmente letal, sino que también, en los casos en que la persona salva su vida, puede dejar secuelas neurológicas capaces de generar diferentes grados de discapacidad.

En este último sentido, una de las posibilidades más frecuentes y palpables es la afasia, un trastorno del lenguaje que mina la capacidad de una persona para comprender y para comunicarse y que afecta, en alguna medida, a nada menos que uno de cada tres sobrevivientes a un ACV.

En todos los casos, la clave es no dejar pasar el tiempo y comenzar el tratamiento de rehabilitación de forma inmediata.

“Lo más recomendable es comenzar el tratamiento lo antes posible o sea en la fase aguda del ACV”, explican los especialistas del Departamento de Lenguaje del Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires.

Sin embargo, nunca es tarde para empezarlo, ya que existe evidencia de que los pacientes afásicos crónicos también pueden beneficiarse de la medicación y la rehabilitación.

Los profesionales consideran importante dejar en claro que la afasia no se debe a que el ACV esté afectando lo que habitualmente se entiende por “inteligencia”, sino que lo que ese evento vascular --u otras causas, ya que este trastorno puede ser el resultado de un tumor cerebral o de un traumatismo de cráneo-- ha dañado son las zonas del cerebro en las que reside la estructura del lenguaje.

De ahí que la mayoría de las personas con afasia sufran también dificultades para leer y escribir.

Un estudio realizado en países de América Latina (incluida la Argentina) indicó que es muy limitado el acceso sencillo a la rehabilitación del ACV.

La consecuencia es que sólo el 24 por ciento de las personas que sobrevive a un evento de este tipo logra reintegrarse a la vida laboral.

Si se toman en cuenta las estadísticas locales que muestran que sólo el 30 por ciento de las personas que sufren un ACV accede a un programa de rehabilitación, no es ilógico suponer que el resultado sea que sólo el 24 por ciento logre volver al trabajo, opinan allegados al Programa de Stroke del Hospital de Clínicas “José de San Martín”, de Buenos Aires.

Se estima que en la Argentina se producen unos 100 mil accidentes cerebrovasculares por año.

Se originan por hipertensión arterial, hipercolesterolemia, ateroesclerosis, estrés, alcoholismo, tabaquismo, drogas, diabetes y obesidad, entre otras causas.

No hay dudas, por lo tanto, de que con rehabilitación se podría mejorar los porcentajes de pacientes que pueden volver a trabajar después de haber sufrido un ACV.

El tratamiento para las personas con afasia integra tanto medicación como tareas de rehabilitación intensiva.

En todos los casos, es fundamental realizar un diagnóstico diferencial que permita determinar cómo ha sido afectado cada paciente en particular, ya que no todos presentan las mismas dificultades en el lenguaje.

Algunos pueden presentar problemas para hablar; otros tienen inconvenientes para seguir una conversación y están los que tienen dificultades para comprender lo que escuchan o para encontrar las palabras que necesitan para expresarse.

Además, el trastorno presenta un amplio rango de inconvenientes, que van desde leve a muy severo, afectando el habla, la escritura, la lectura y la comprensión del lenguaje.

En todos los casos, las personas afásicas tienen, en común, las dificultades para usar el lenguaje y comunicarse de una manera eficaz.

Lo más evidente es la dificultad para hablar, pero aún cuando la persona tenga conciencia del contexto y comprenda lo que pasa a su alrededor, frecuentemente también tiene problemas para comprender.

Es importante destacar que muchos afectados continúan mejorando durante años. Para lograrlo, es necesario continuar con la rehabilitación con la mayor intensidad, coincidieron en señalar los especialistas.