Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Neumonía: la mejor forma de evitar el riesgo está en vacunarse

En la actualidad, tanto en la Argentina como en el mundo este flagelo castiga, en particular, a los adultos mayores de 50 años. Se insiste en el la prevención. Dr. Alejandro Cané / Médico infectólogo pediatra
El blanco de la neumonía, en América Latina, puede estar cambiando de los niños a los adultos y ancianos que no están vacunados.

La neumonía continúa siendo una de las primeras causas de hospitalización y muerte en América Latina, a pesar de los muchísimos cambios que han transcurrido en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.

Sin embargo, en los últimos años hemos visto significativos avances en la lucha contra esta enfermedad a nivel mundial. Esto es especialmente cierto cuando hablamos de los pequeños y jóvenes.

En nuestros países, la tasa de mortalidad infantil entre los niños vacunados frente a neumococo, la bacteria que más frecuentemente se asocia a neumonía, ha disminuido drásticamente de unas 37 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, en el 2003, a 17 muertes por cada 1.000 nacidos.

Estas cifran son testimonio del valor de las vacunas.

Conforme las personas envejecen, sus sistemas inmunes son menos eficaces en la protección de enfermedades.

De hecho, la edad es el principal factor en el desarrollo de las enfermedades por neumococo.

Los adultos, especialmente las personas mayores de 50 años de edad, que viven con enfermedades crónicas como la diabetes y el asma, se encuentran entre el grupo más vulnerable.

Las personas con asma, por ejemplo, tienen casi seis veces más riesgo de contraer neumonía neumocócica, una infección en los pulmones que puede causar severas consecuencias.

Igualmente, las peronas que viven con enfermedades que debilitan su sistema inmune, tales como el VIH/sida, son particularmente vulnerables a enfermedades serias y mortales como la neumonía neumocócica.

Los individuos de 50 años de edad o mayores con VIH tienen de 4 a 6 veces más riesgo de contraer neumonía neumocócica que los adultos sanos.

Un estudio realizado por el Instituto de Vacunas Sabín en 2013 sostiene que el blanco de la neumonía en América Latina puede estar cambiando de los niños a los adultos y ancianos que no están vacunados contra la enfermedad.

Este es un problema de salud pública apremiante para la región.

Se estima que para el año 2040 más de un tercio de la población de América Latina tendrá más de 50 años.

La neumonía está asociada con costos personales y sociales significativos.

Y la carga de la enfermedad en lo adultos sólo seguirá aumentando si no se toman las medidas apropiadas para prevenirla.

Una buena higiene, una dieta saludable, hacer ejercicios regularmente y limitar la exposición a la contaminación del aire y el humo ayudan a la prevención de la neumonía pero no son suficientes.

El futuro socioeconómico de nuestros países y el bienestar de los latinoamericanos, en general, dependen, entre otras cosas, de nuestra habilidad de prevenir y controlar las enfermedades neumocócicas, las cuales son la causa más común de enfermedad y muerte alrededor del mundo.

Para lograrlo es importante que todos pongamos empeño a dicha misión. Desde pacientes y médicos hasta el sector privado y los gobiernos. Por lo tanto, juntos debemos lograr un mayor enfoque en el seguimiento y la vigilancia, en la sensibilización de la opinión a través de la educación y en dedicar más recursos a la prevención, detección y tratamiento de las enfermedades de tipo neumocócicas.

En cifras

. 2-3 millones. de personas de todas las edades alrededor del mundo evitan morir vacunándose, una de las intervenciones sanitarias más costo-efectivas, según la Organización Mundial de la Salud.

. 6 veces más. riesgo de contraer neumonía neumocócica tienen las personas con asma. Se trata de una infección en los pulmones que puede causar severas consecuencias.