Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Dos hermanas y una increíble lucha que casi termina en muerte

Courtney y Rebecca empezaron a competir para ver “quién adelgazaba más” y una de ellas estuvo a punto de perder la vida. Todavía tiene secuelas. “Siempre quise ser como ella. Era muy bonita”, comentó Courtney.
La adolescente llegó a pesar 30 kilos y todavía, veía “grasa” cuando se miraba al espejo. Sucedió en Estados Unidos.

Quién llegará a ser más flaca. Esa fue la peligrosa competencia que se propusieron dos hermanas, Courtney y Rebecca Grimshaw, que viven en California (Estados Unidos). El “juego” hizo que una de ellas casi perdiera la vida a causa de su anorexia.

Desde los 12 años, Courtney aspiraba a ser tan “popular” como Rebecca. “Siempre quise ser como ella. Era muy bonita, siempre tenía chicos a su alrededor, le gustaba a todos mis amigos varones: pensaban que ella era cool”, contó la joven al diario británico “The Mirror”.

Courtney y Rebecca Grimshaw, que iniciaron una absurda y mortal competencia. Pero su hermana se burlaba de ella por su cuerpo de 57 kilos, que en realidad era un peso normal para su contextura. Cruelmente la llamaba “c... gordo” o “cerda gorda”. “Ella me hizo sentir realmente horrible”, relata Courtney. En consecuencia, la adolescente empezó a comer cada vez menos. En un año perdió 22 kilos y a los 15 años estaba esquelética.

Ante la delgadez de la chica, su hermana también quiso perder peso y ambas empezaron una peligrosa rivalidad por demostrar quién era más flaca. “Ella fue mi thinspiration”, dijo Rebbeca, en un combinación de palabras entre “thin” (delgado) e “inspiration” (inspiración). Cuanto más peso perdía una, más fuerte ejercitaba la otra. Jugaban al tenis durante seis horas, lo que las dejaba exhaustas. Consumían solo 350 calorías diarias y su dieta consistía en pan y cereales.

“Yo planeaba perder dos kilos, pero llegamos al punto en que Becky y yo vivíamos con casi nada. Estábamos compitiendo para ser la hermana más delgada. Becky se dio cuenta de que lo que estábamos haciendo era peligroso pero yo fui mucho más lejos. Lo único en lo que pensaba era en perder más peso”, contó Courtney al diario. La joven llegó a pesar 31 kilos, pero quería seguir adelgazando”, expresó.

“Difícilmente comíamos toda la familia junta, así que mis padres no tenían idea de lo que estaba pasando”, amplió la joven. Hasta que directivos de la escuela donde estudiaba se contactaron con sus padres. La chica fue puesta bajo la supervisión de un médico y gradualmente empezó a ganar peso.

Pero su vida tuvo otro giro dramático. Courtney empezó a tomar y un día, alcoholizada, chocó la camioneta familiar. A los 17 años, sus padres la mandaron a un centro de rehabilitación y, gracias a la ayuda profesional, empezó a darle un giro a su destino. Ahora Courtney pesa alrededor de 50 kilos, sigue visiblemente delgada pero está saludable. Espera volver al colegio y busca generar conciencia sobre los riesgos que implica la anorexia. En las redes sociales comparte imágenes de sus peores épocas, comparadas con su presente. Una y otra vez, repite una palabra a modo de etiqueta: “recuperada”.

Imágenes de extrema delgadez: proyecto en nuestro país

Un proyecto de ley para evitar la difusión de imágenes de extrema delgadez en campañas de moda, que contempla además sanciones económicas a empresas que incumplan la norma, fue presentado en la Legislatura porteña.

El proyecto busca impedir en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires que se contraten personas cuyo índice de masa corporal sea inferior a 18.5 puntos, conforme a lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para desfiles y publicidades.

“Si bien se entiende que cada persona tiene sus particularidades físicas, se busca estandarizar los valores a través de un parámetro de referencia”, cuestionó Diego García de García Vilas, diputado del partido Confianza Pública e impulsor de la iniciativa.

Según la propuesta legislativa, “se considera que una masa corporal menor a 18,5 indica infrapeso, y por encima de 25, sobrepeso u obesidad”.

Este tipo de legislaciones ya se aplican en España y Francia, donde se les prohíbe desfilar a las modelos extremadamente delgadas.

La iniciativa de García Vilas se inscribe en las políticas públicas dirigidas a evitar conductas de riesgo en jóvenes con trastornos de la alimentación