Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Francisco llamó a construir una sociedad más justa y sin exclusiones

El Papa evocó a los 45 mártires católicos que fueron asesinados en Uganda entre 1885 y 1887. Celebró una multitudinaria misa en el penúltimo día de su periplo por África. “Debemos acercarnos a los necesitados”, dijo.
Francisco es el cuarto Papa de la historia que viaja a África después de Pablo VI, Juan Pablo II, y Benedicto XVI.

El Papa Francisco pidió ayer "construir una sociedad más justa, sin excluir a nadie" al evocar el ejemplo de 45 mártires católicos asesinados en Uganda entre 1885 y 1887 en una multitudinaria misa en el marco de su viaje por África que hoy lo llevará a su último destino, la convulsionada República Centroafricana.

La ceremonia, a la que acudieron decenas de miles de personas que esperaron durante horas, se celebró en el santuario católico de los mártires de Namugongo, cerca de la ciudad de Kampala, donde el pontífice recordó el sacrificio de los mártires: 23 anglicanos y 22 católicos.

El sacrificio de estos santos revela, a su juicio, la necesidad de "acercarnos a los necesitados, a cooperar con los otros por el bien común y a construir, sin excluir a nadie, una sociedad más justa".

La misa sirvió para conmemorar el 50° aniversario de la canonización de estos mártires, que el pontífice calificó como "verdaderos héroes nacionales".

Durante el oficio, Bergoglio llamó a difundir la fe en "los confines del mundo", y a "abrir los ojos a las necesidades que encontramos en nuestras casas y comunidades locales".

"Los mártires de Uganda nos indican el camino. Su fe buscó el bien de todos, incluso del mismo rey que los condenó por su credo cristiano, Su respuesta buscaba oponer el amor al odio", enfatizó.

A su llegada al santuario, en el papamóvil y rodeado de fuertes medidas de seguridad, decenas de miles de personas aclamaron al pontífice al grito de "Papa, Papa" y ondeando banderines con los colores del Vaticano.

La misa, en el templo de Namugongo levantado en honor de los católicos que Buganda ordenó descuartizar o quemar vivos, fue el acto central de la visita papal a Uganda, la segunda parada de su gira por África.

Antes de oficiar la misa, Francisco visitó el templo anglicano, donde rezó de rodillas una oración por los mártires y saludó a los miles de devotos que se concentraron desde primeras horas en las inmediaciones.

Una vez terminada la homilía, el Sumo Pontífice estuvo en la Casa de la Caridad en Nalukolongo, un barrio de Kampala, donde expresó su tristeza por la manera en que la sociedad actual permite que los ancianos sean "descartados u olvidados" o que los jóvenes "sean explotados por la esclavitud del tráfico de seres humanos"