Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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“Yo soy igual que todos y me tengo que sentir feliz”

El hombre que padece una extraña enfermedad que le deja el rostro cubierto de pelo cuenta su historia. “Ya me harté de sentirme incómodo. Creo que no debería ser así”, agrega Chuy.
Chuy padece hipertricosis, una enfermedad que solo registra 50 casos en la historia.

Agencia AFP

Chuy genera una mezcla de sorpresa y susto cada vez que sale a la calle pero, desde pequeño, se acostumbró a miradas indiscretas e insultos. Una extraña enfermedad le deja el rostro cubierto de pelo y un aspecto de "hombre lobo" que casi nadie acepta.

"¿Por qué Dios me hizo así?, ¿por qué no soy como los demás?", se preguntaba de chiquito este mexicano de 41 años cuando, en la escuela, sus compañeros se burlaban de él o lo golpeaban.

Jesús Aceves o Chuy, como le gusta que lo llamen, no acabó sus estudios. Con apenas 13 años se refugió en el alcohol y empezó a trabajar en el circo junto a 2 de sus primos, que también padecen la llamada hipertricosis, de la que sólo se documentaron unos 50 casos en toda la historia.

Trece de ellos --7 hombres y 6 mujeres-- pertenecen a la familia de Chuy, originaria de Loreto (Zacatecas), que heredó de su bisabuela esta rara mutación genética que no tiene otro síntoma que el crecimiento de vello en el cuerpo.

Pero salir a hacer compras, encontrar trabajo, hacer amigos o tener una pareja puede ser un verdadero problema para estas personas.

"En realidad, no lo entiendo. Yo creo que no debería ser así, pero desgraciadamente lo es. No te dan oportunidades por el simple hecho de ser diferente", explica este hombre de voz cálida, que suele caminar cabizbajo, cubriéndose la cara con su mano para ahorrarse malos ratos.

Pero hoy, sentado en un banco de una de las colonias de moda de la Ciudad de México, Chuy parece no inmutarse cada vez que un corredor ralentiza el paso para poder observarlo mejor.

Harto de las burlas y la discriminación, Chuy decidió dejar los complejos, el alcohol y alzar la mirada.

"Ya me harté de sentirme incómodo. Yo soy igual que todos y me tengo que sentir feliz", afirma. "Y por algo Dios nos hizo a cada uno de nosotros diferentes".