Molestos y eclipse

Redacción de La Nueva.

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Hay gente que trabaja de molestar a otros.

--Ah, sí señor. Tiene que mandar un mail con el documento escaneado -le dice una empleada del Banco a un hombre de unos 90 años.

--No, claro. Le falta el papel verde. Tendría que ir a pedirle al médico que se lo haga, autorizarlo en PAMI y después vuelva -le dice la farmacéutica al hombre de unos 70 y pico. Sí, con mala conjugación de verbos y todo.

--Sí, pero no puedo cobrarte con tarjeta porque no tengo posnet -dicen sistemáticamente en esa heladería del centro.

--Ah, no, pero eso lo tiene que reclamar en el área de cobranzas, nosotros somos del departamento comercial -dice el chico del centro de llamadas de la empresa de telefonía celular.

--¿Y quién era la chica que te atendió? -le preguntan a un cliente en el banco galo.

Ah, claro, como cuando nos dicen “pero nosotros asumimos con un 30% de calles asfaltadas o un 25% de desocupación o...”.

Lo importante es patearla bien al córner.

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Y ya que estamos de quejas: el eclipse tan anunciado quedó en la nada por estos lares. Las nubes impidieron ver lo que vio casi todo el planeta. No creo en ese mote que se le puso a la ciudad. No, en serio, no creo.