Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Francisco ordenó que el aborto reciba el perdón

La directiva dirigida a los sacerdotes se extenderá a lo largo del jubileo extraordinario. Hay polémica. Agencia EFE
Francisco aspira a que el año de Jubileo dedicado a la Misericordia tenga un significado muy profundo para los fieles.

El Papa Francisco quiere que el próximo Jubileo esté realmente dedicado a la Misericordia y por ello en una carta indicó ayer por qué concedió a los sacerdotes que absuelvan "el pecado de aborto".

"Este Año Jubilar de la Misericordia no excluye a nadie", así se expresó Francisco en una carta enviada al presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, encargado de organizar el año santo.

"Por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año Jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado, y arrepentidos de corazón piden por ello perdón".

La decisión no es para siempre, sino únicamente durante el Año Jubilar, que comenzará el próximo 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016.

En su misiva, Francisco introdujo el tema afirmando que "uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida" y que "algunos viven el drama del aborto con una conciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta.

"Pero muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión.

"Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, solo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza".

Francisco indica a los sacerdotes que "se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión".