Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Aseguran que una virgen de Villa Mercedes llora

Fieles, creyentes y curiosos se dieron cita para observar y rezar a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Afirman que tiene una lágrima en una mejilla.
“La virgen que llora”, el motivo de numerosas visitas.

Agencia NA

Cientos de fieles se dieron cita en las últimas horas en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Villa Mercedes, San Luis, para rezarle o simplemente mirar con curiosidad a la escultura de una Virgen que, según aseguran los creyentes, llora.

Según contaron lugareños, los fieles descubrieron que la imagen de Nuestra Señora de los Dolores tiene una lágrima en su mejilla, algo que antes, dicen, no existía.

El párroco de la Iglesia, Ignacio Daminato, dijo no cree que esto pueda ocurrir y sostiene que la escultura ya debe haber sido diseñada con la lágrima.

Los fieles lo consideran un milagro y ya hay quienes esperan horas para orar y poder tocar a la Virgen.

La lágrima en la mejilla de la escultura fue vista por una funcionaria municipal que acompañaba a la producción de un canal de televisión que hacía un programa.

La imagen está ubicada en la esquina sudeste del templo, a la izquierda de la puerta principal, representa a María llorando por su hijo Jesús, cuando portaba doliente la cruz de madera.

Aunque el revuelo por lo que muchos creen es un milagro empezó el viernes, el llanto de la divinidad fue advertido hace más de dos semanas, contó Ignacio Daminato, el párroco de La Merced.

"Habían venido de un canal de Buenos Aires a filmar la construcción del Centro Comercial a Cielo Abierto y, de paso, aprovecharon y tomaron imágenes de la iglesia", relató.

La producción del canal no estaba sola, además del sacerdote, lo acompañaba la jefa del Programa Museo y Archivo Municipal, Adriana Vacca, y los gerentes de una de las empresas patrocinadoras del programa de televisión.

El recorrido empezó tranquilo, pero la sorpresa se apoderó de Vacca cuando las cámaras se enfocaron en la escultura de la Virgen de los Dolores. La mujer miró con detenimiento el rostro de María y le dijo a Daminato: "Mire, padre, está llorando".

"Ya algunas personas me lo habían dicho antes. Pero como yo estoy en esta iglesia hace cuatro meses, no podía ni puedo asegurar si es un milagro", aclaró el cura.