Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Muchas razones justifican amamantar más

La leche humana representa el alimento más apropiado para el ser humano por su composición equilibrada y es fundamental en los tres primeros años.
Dar el pecho a los chicos no solo beneficia a ellos, sino que también termina siendo favorable para la madre.

Los beneficios para promover la lactancia materna son muchísimos.

Entre ellos surge que el bebé amamantado a pecho habrá de ser un adulto con menos riesgo de sobrepeso, diabetes, algunos tipos de cáncer, celiaquía y de enfermedad inflamatoria intestinal.

Es cierto, además, que durante la primera infancia habrá de ser menos susceptible a infecciones respiratorias, gastroenteritis, intolerancia digestiva (especialmente en los prematuros), otitis media aguda y habrá de tener una mejor visión.

Por su parte, la madre que amamanta perderá más rápido el peso ganado durante la gestación.

Y tendrá menos riesgos de cáncer de mama y ovario, diabetes tipo II y síndrome metabólico.

Es que la lactancia materna constituye la principal condición para que la persona se adapte a la vida extrauterina.

¿Por qué? Porque aporta diversos elementos que contribuyen, de manera significativa, en la prevención de enfermedades por sus factores antiinfecciosos, antiinflamatorios, inmunomodulares, antivirales y antioxidantes.

"La leche materna tiene todos los nutrientes en la cantidad exacta y es un elemento clave en la vida futura de las personas por sus factores protectores y preventivos de ciertas enfermedades", expresaron profesionales de la Fundación Neonatológica.

Hoy se sabe que los primeros mil días de vida, desde la gestación hasta los primeros dos años del bebé, impactan contundentemente en la salud futura para siempre.

Es que las intervenciones nutricionales en el niño y la embarazada durante esta etapa temprana repercutirán , seguramente, en la vida adulta de ese niño.

Una embarazada con peso inadecuado, un recién nacido con retraso del crecimiento intrauterino o un niño malnutrido son situaciones que tendrán su correlato en la adultez y contribuirán a la aparición de enfermedades crónicas.

Alguien expuesto en sus primeros mil días de vida a condiciones desfavorables tendrán mayor riesgo de enfermedad en comparación con el que se benefició de una conducta integral en esa primera etapa.

Allí es cuando el potencial genético queda expuesto a condiciones del entorno que lo pueden modificar a favor o en contra.

Y la leche humana también "programa" los genes de las personas y garantiza una flora intestinal perfecta para nosotros. Pero no solo los chicos se benefician, sino también las madres.

Para ella los beneficios son inmensos e incomparables porque la ayuda a perder el peso que ganó para acumular grasa que luego iba a ser utilizada en la producción de leche.

La madre baja de peso los kilos que ganó, sin hacer ninguna dieta, que es como debe ser. Además, disminuye el riesgo de padecer enfermedades oncológicas y metabólicas.