A cumplir los sueños se llega con las alas de la libertad
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--¿Alguna vez fuiste a Oshkosh?
La pregunta de Nicolás Cambiagno busca acortar el viaje de vuelta desde Río Cuarto, el que comparte con otros miembros de la comisión directiva del Aeroclub Bahía Blanca.
--Nunca. A mis 57 años, sólo fui a países limítrofes –-responde Samuel Volpín.
--¿Y si nos vamos en “El Canario”?
Aquella charla del martes 20 de enero comenzó a gestar la última etapa del sueño que en menos de un mes concretarán Nicolás, Samuel y su pequeño aeroplano amarillo, o sea “El Canario”. Los tres se sumarán al Oshkosh 2015, el festival más grande de la aviación mundial que se celebrará en el estado de Wisconsin.
¿Por qué la última etapa? Porque en la mente de Samuel desde hace mucho tiempo anda dando vueltas la idea de salir a volar por todo el planeta. Cree que ese impulso surgió luego de leer “El don de volar” (2011), otro exitoso libro de Richard Bach, a quien admira.
“Es un sueño de libertad, de pasión, de adrenalina... Richard volaba un Piper J3 de 1946 y nosotros un Cessna 140 del mismo año. En ese libro, el autor vuela por todos los Estados Unidos y cuando lo sorprende la noche aterriza en un llano, arma su carpa debajo del ala de su pequeño avión y se duerme cobijado por el inmenso cielo lleno de estrellas”.
“El Canario” es un Cessna 140 construido en aluminio. Con sus alas recubiertas con tela sólo puede llevar dos tripulantes. En una cabina muy pequeña, con muy poco espacio para el equipaje, los aventureros acoplaron un tanque suplementario de combustible.
El motor es un Continental de 100 HP.
“Eso también nos limita, ya que con esta potencia estamos muy ajustados en relación al peso que llevamos”, agrega Samuel, nativo de Médanos, piloto privado con muchos años de experiencia, todo “un viejo zorro del aire” que por ahora vive en Bahía Blanca.
Nicolás Cambiagno, nacido en Buenos Aires pero bahiense pr adopción, según sus propias palabras, tiene 21 años, es piloto comercial de primera clase, instructor de avión y domina perfectamente el inglés técnico aeronáutico. Samuel afirma, además, que es un “excelente navegante”.
La partida será en los primeros días de junio desde el Aeroclub. El trayecto se extenderá hacia Neuquén, de allí a Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, San Salvador, Guatemala, México y los Estados Unidos.
Nicolás indica que partirán un mes y medio antes del festival porque posiblemente tengan que afrontar días de lluvia y de demoras por, entre otros problemas, habituales temas burocráticos.
El vuelo será registrado en su totalidad por tres cámaras GO-PRO que se dispondrán en el exterior del avión. También, gracias a una antena especial, podrá seguirse en vivo por Internet.
“La ruta está planeada por la costa del Océano Pacífico. Desde Neuquén cruzaremos la cordillera de los Andes rumbo a Temuco. Luego subiremos por Chile hasta Iquique, desde donde pasaremos al Perú. En ese país volaremos por sobre las famosas Líneas de Nasca”.
Samuel precisa que entre la ida y la vuelta recorrerán 33.600 kilómetros.
“Suena a locura pero es un sueño, y a los sueños hay que cumplirlos. Están la idea, la máquina, la tripulación y el espíritu aeronáutico a pleno. Este es el momento”.
Oshkosh, allá van...