Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

La salud pública está muy enferma

La tragedia de una beba pampeana, a la que debieron amputarle un pie, saca a la luz los problemas de un sistema del que dependen 14 millones de argentinos, en su mayoría, de escasos recursos económicos.
El sistema público absorbe el 90% de las urgencias médicas y sufre también el mayor impacto de la violencia.

Victoria tiene dos semanas de vida y acaba de perder un pie por un error médico desencadenado por la falta de recursos en un hospital. El caso destapó el grave deterioro de la sanidad pública en el país.

Victoria nació el 5 de este mes tras 7 meses de gestación en un hospital de La Pampa, que carecía del sistema adecuado para atender a prematuros. Los médicos le acercaron un calefactor que le produjo quemaduras en una pierna y que obligó a la amputación de uno de sus pies.

Un “terrible error” que el director del hospital, Marcelo Güemes, atribuyó a la precariedad con la que se trabaja.

El caso de Victoria es el último de una larga serie. La propia presidenta, Cristina Fernández, sufrió en carne propia las deficiencias del modelo cuando, el pasado diciembre, se fracturó un tobillo en Río Gallegos y tuvo que viajar a Buenos Aires a tratarse porque el resonador del hospital provincial estaba roto desde hacía meses.

El gobierno anunció el viernes una medida inusual: la intervención del Hospital Posadas, uno de los centros públicos de referencia de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país.

“No se condice el nivel de inversión con la calidad de las prestaciones en este hospital”, denunció el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

“La raíz del problema está en las limitaciones presupuestarias, la mala gestión y la fragmentación del sistema en cada una de las provincias”, explica Rubén Torres, rector de la Universidad Isalud y exmiembro de la Organización Panamericana de la Salud.

A pesar de sus carencias, el sistema público absorbe el 90% de las urgencias médicas y sufre también el mayor impacto de la violencia. Sólo en Buenos Aires, la Asociación de Médicos Municipales recibe una denuncia diaria por agresiones al personal.

Torres sostiene que quienes se atienden en el sector público tienen un cierto grado de resignación porque es lo único a lo que pueden acceder y en general, por razones culturales y sociales, es un grupo al que no se da voz.

Torres considera que la preocupación por la salud dejó de ser un problema solidario, que es un problema básicamente de los pobres y que quienes tienen cobertura no se ocupan de este tema, incluido el gobierno.