Francisco, el Papa callejero que transparenta a Jesús y molesta

Redacción de La Nueva.

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Por Ricardo Aure / haure@lanueva.com

Hace 38 años que el padre Guillermo Ortiz conoce al Papa Francisco. Mucho antes de su llegada al Vaticano, todavía como Jorge Bergoglio, primero le abrió las puertas al noviciado y después compartieron las más diversas misiones, sobre todo en San Miguel y Buenos Aires. Hoy, además de la vocación jesuita y de la pasión futbolera por San Lorenzo de Almagro, los une una relación personal.

De paso por Bahía Blanca, la ciudad que visita desde mucho antes de su ordenación, Ortiz afirma que Bergoglio no ha cambiado al convertirse en el líder de 1.200 millones de fieles, sino que potencialmente ha crecido en su modo de evangelizar y en su testimonio.

Ortiz, que en 2011 asumió la responsabilidad del área de lengua hispana de Radio Vaticana (39 idiomas, 45 redacciones y 12 alfabetos), argumenta que el Papa es un cura callejero cuya tarea trasciende a la Iglesia Católica para proyectarse a toda la humanidad.

--¿Se puede considerar un cambio doctrinario?

--No. Hay un lenguaje distinto, muy cercano a la gente y que enfoca temas que antes no se hablaban. Hay un Papa latinoamericano y jesuita, un cura callejero con una experiencia muy importante que tiene que ver con su talento y con su fe. Y una concepción del Evangelio y de la Iglesia que tiene sus diferencias con Europa.

--¿Con una aburguesada concepción europea?

--Con una Europa tan querida, porque de allí han venido nuestros antepasados, que está caduca, enferma, pero que se sigue sintiendo el ombligo del mundo. Para mucho europeos no hay otras culturas que las de ellos. Es como pasa en la Argentina con la desconsideración hacia el interior.

--¿Cuál es la gran diferencia con Papas anteriores?

--Francisco gusta porque transparenta a Jesús, independientemente de los Papas anteriores que lo han hecho de otra manera. Al hablar con él por primera vez para expresarle mi vocación, me sentí tenido en cuenta. Aquel gesto es el mismo que hoy expone cuando escucha, mira, sonríe... valora. Uno de sus primeros actos fue cumplir el tradicional lavado de pies del Jueves Santo fuera de San Pedro. Eligió una cárcel de menores. “¿Por qué lo hizo?”, le preguntó uno de los chicos. “Porque lo hago con amor”, le respondió. Francisco es una revolución en ese sentido y no por comparación. El siempre fue así. Siendo obispo misionaba por las calles y nos mandaba a llegar hasta la gente. No importaban las distancias o el clima. Después de las 6 de la tarde él caminaba hasta alguna parroquia y cocinaba. Una noche lo encontré en una calle de Buenos Aires. Venía de ver a un enfermo.

--¿Su misión puede llevarnos hacia una humanidad más hermanada?

–-Francisco es verdaderamente providencial. Su testimonio, su transparentar a Jesús, su invitación al encuentro absolutamente trascienden el marco de la Iglesia. Es un referente.

--¿Y qué hechos "hacen lío"?

--Muchas iniciativas que propició en la Argentina llegan a otras partes, por caso las Escuelas Amigas (que congregan a las católicas con las de otras confesiones y con las no confesionales), y el encuentro de organizaciones populares que buscan economías alternativas y que no dependen de ningún dicasterio vaticano porque van más allá del marco católico. Americanos, africanos, asiáticos... gente de la más diversa que se reúne para “hacer lío” en una cultura donde el dinero y los números importan más que los seres humanos.

--¿Al kirchnerismo le cayó tan mal que Bergoglio haya llegado a ser Papa?

--Para los Kirchner, incluso por propias expresiones del difunto expresidente de la Nación, Bergoglio representaba la oposición. No aceptaron sus tan directas denuncias por el sufrimiento de los sectores más pobres. Y no es extraño que a ciertos políticos le haya caído mal que fuera elegido Papa. Bergoglio siempre sostiene que la política es la máxima expresión de la caridad. También es cierto que los que gobiernan pueden sufrir grandes presiones de las multinacionales, trasnacionales y hasta de organizaciones que bajo la fachada de entidades de ayuda tienen que ver con el tráfico de las armas, con el negocio de la guerra, de las drogas, con la trata de personas y con el maltrato, que también es no brindar educación, salud y salarios justos. Ante esa corrupción, los gobernantes deben demostrar que no son cómplices.

--¿Esas presiones llegan hasta Francisco?

--Francisco defiende las instituciones, la democracia y la política que trabaja por la gente. Y como verdadero discípulo de Jesús molesta porque pretende desarticular lo que va en contra del ser humano.