Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Es preciso controlar la vista de los chicos en el regreso a la escuela

El comienzo de clases puede evidenciar la existencia de problemas en la visión, por eso deben tenerse en cuenta varios consejos.
Existen partículas que se adhieren a la superficie ocular produciendo enrojecimiento, picazón y malestar al final de la jornada laboral.

Durante los primeros 10 o 12 años de vida, el 80% de todo lo que aprende un niño suele ingresar por los ojos.

La visión es el sentido que permite acumular conocimiento más fácilmente, sumado a que, por lo general, todos los contenidos educativos están diseñados a partir de esta premisa. Por esa razón muchas veces se cree que un niño posee problemas de aprendizaje, cuando en realidad el motivo puede radicar en algún problema en su visión.

Desde hace ya varios años se acostumbra la realización de un test de aptitud visual a los niños que ingresan al colegio primario. Entre los trastornos de la visión que se pueden descubrir ya a esa edad, se encuentran los errores de refracción como la miopía (mala visión de lejos), hipermetropía o astigmatismo (diferentes tipos de dificultad para enfocar correctamente, ya sea de lejos o cerca), además de otros trastornos como ambliopía (cuando un ojo es débil o tiene menor fuerza visual; también conocido como “ojo perezoso”), estrabismo (desviación de un ojo) y otros menos frecuentes como los problemas derivados de la diabetes, glaucoma e incluso cáncer. En los últimos años es frecuente que en los colegios se exija dicho certificado antes del inicio de las clases.

Pero en el caso que esto no ocurra, es importante que los padres estén atentos a una serie de signos que pueden alertar sobre la presencia de algún problema en la visión de sus hijos; que a partir del comienzo de clases se manifiestan con mayor facilidad:

Que parpadee o se frote los ojos excesivamente; que se incline hacia delante al fijar la vista; que entrecierre los ojos para mirar o enfocar; dolores de cabeza, mareos y náuseas frecuentes; que al leer se acerque demasiado al texto; enrojecimiento de los ojos luego de fijar la vista; que desvíe alguno de los ojos; pérdida de la atención, incapacidad de aprendizaje y de focalizarse en las tareas; falta de confianza al subir o bajar por una escalera y que realice movimientos raros de los ojos (entrecerrarlos).

“Es importante que los padres estén atentos a los signos que nos pueden alertar sobre la presencia de algún problema en la visión (que suelen identificarse más fácilmente cuando los niños comienzan las clases) para acudir a realizar un examen ocular, corroborar la existencia de algún trastorno y comenzar así con su tratamiento cuanto antes. “Esto aumenta las probabilidades de recuperación y permite a sus hijos desarrollar mejor los procesos de aprendizaje”.