Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Nadia, fruto del esfuerzo y la educación pública

La flamante ingeniera civil Nadia Moyano Díaz tiene 28 años y su promedio, 8,68, fue el más alto de la 50º colación de grados de la UTN, que se cumplió en la Biblioteca Rivadavia. Un repaso a los años intensos y alegres.
Con sus afectos. Nadia junto a Mariela, su mamá; Rocío, su hermana, y León, su sobrino.

Para Nadia, el de ayer no fue sábado más. Fue el primero que disfrutó con su flamante título de ingeniera civil y que, como otros tantos sábados, no tuvo que ir hasta la UTN para las clases de apoyo de Física y Álgebra.

Fue, además, un sábado para evocar las interminables juntadas con sus compañeras, hoy amigas, y las noches en las que se quedaba dormida sobre la mesa mientras preparaba Análisis Estructural con su tía María Noelia.

“Hoy todo parece lejano pero esos años transcurridos fueron realmente intensos y muy alegres. El hecho de ir aprendiendo cada día mas, de poder visualizar lo que implica la profesión que elegí me llena el alma de felicidad”, dice Nadia quien con 8.68 registró el mejor promedio de la 50º colación de grados que, en el anochecer del viernes, la Facultad Regional Bahía Blanca celebró en la Biblioteca Rivadavia.

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Nadia Moyano Díaz nació en el Hospital Español de Bahía Blanca pero pasó gran parte de su vida en el Barrio 26 de Septiembre, de Ingeniero White. Hasta sexto grado fue alumna de la Escuela Nº 6, de séptimo a noveno fue al Ciclo Básico y después, en la Escuela Superior de Comercio se graduó de Bachiller en Economía y Gestión de las Organizaciones.

Del secundario afirma que le quedó el excelente nivel de aprendizaje que la ayudó a valorar la importancia de una formación universitaria, que la situación económica de su hogar no le permitió comenzar ese año en el que consiguió un trabajo eventual para no sobrecargar a su madre, Mariela, con gastos extra.

“Durante todo 2005, mi tía María Noelia, fuente de inspiración para mi futuro, me alentó a que siguiera estudiando. Muy apegada a ella escuché sus consejos y me interesé mucho en la carrera que seguía: Ingeniería Civil”.

En 2006, inició mis estudios en la UTN. Los primeros años no fueron fáciles. “Sentí la inseguridad de poder seguir mis estudios, dadas las dificultades económicas que se vivían en mi casa, aunque siempre conté con el apoyo inmenso de mi mamá y mis abuelos. A su vez, desde el primer año la facultad me brindó el apoyo necesario con becas y luego con pasantías que me permitieron insertarme laboralmente en el área de la ingeniería”.

Nadia, que se desempeña en la oficina técnica de Electroingeniería SA, dentro del proyecto Termoeléctrica Guillermo Brown, agradece la posibilidad de educación que el país ofrece en excelentes universidades públicas y gratuitas, con estímulos y ayudas económicas.

“Menciono esto porque fue determinante para que yo concluyera la carrera. Por eso creo que los graduados debemos devolver todo lo que se nos ha brindado aportando conocimientos, nuevas ideas y por sobre todo valores éticos y morales.

De aquí en más, será la sociedad la encargada de evaluar nuestro desempeño como profesionales y como personas”.