Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Hepatitis C: una gran epidemia que está oculta

El 80% de los pacientes infectados no experimenta ningún síntoma. Por lo que en todo Latinoamérica, incluida la Argentina, el subdiagnóstico es elevado.

La actual prevalencia de la hepatitis C en América Latina y la necesidad de crear conciencia sobre este cuadro fueron parte de los temas claves tratados en la sesión educativa titulada “Entendiendo las complejidades de la hepatitis C” en el marco del XXIII Congreso de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), presentada por el presidente de ALEH y Director de la Unidad de Investigación de Enfermedades del Hígado de la Fundación Clínica Médica Sur, el doctor Nahum Méndez-Sánchez. La infección crónica con el virus de la hepatitis C (VCH) actualmente afecta a más de 185 millones de personas en todo el mundo, y aproximadamente entre tres y cuatro millones de nuevas infecciones ocurren cada año.

Tan solo en la región de América Latina y el Caribe, se estima que hay entre 7 y 9 millones de adultos infectados con el virus de la hepatitis C

Tal como refirió el doctor Marcelo Silva, jefe de Hepatología y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Austral, ubicado en Pilar, provincia de Buenos Aires, “más del 1 por ciento de la población en la Argentina está afectada por el virus de la hepatitis C. Hablamos entonces de que existen aproximadamente 450.000 personas con hepatitis C crónica asociada a este virus. En el resto de América Latina, se manejan cifras de prevalencia similares, entre el 1 y el 2 por ciento de la población, variando mucho en función de cuál es el área estudiada. El dato más alarmante es que menos del 10 por ciento de los pacientes están diagnosticados, y menos del 1 por ciento está tratado. Por lo tanto, si hablamos de una enfermedad que evoluciona a hepatitis crónica en más del 70 por ciento de los casos, y que posteriormente un 20 por ciento progresa a cirrosis y carcinoma hepático luego de 20-30 años, se explica la epidemia de cáncer hepático y cirrosis que estamos viviendo”.

Asimismo, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que la concientización sobre el VHC es de baja prioridad en comparación a los esfuerzos de concientización sobre otros cuadros, ya que solo el 37 por ciento de los países miembros de la OMS tienen un plan nacional para controlar la hepatitis viral. Para combatir el virus, Silva señaló la importancia de hacer foco en los cuatro ejes que propone la OMS: “Educación a la población general y médica;, posicionar a esta enfermedad silenciosa en el lugar que se merece, diagnóstico y tratamiento precoces para evitar la progresión a la cirrosis, y evitar la perpetuación del círculo vicioso”.

Durante la sesión educativa, se aprovechó para desmentir algunos de los principales mitos sobre la transmisión del VHC: la hepatitis C no se contagia por estornudar, toser, por la comida o el agua, por compartir comidas o bebidas con alguna persona infectada o a través de un contacto casual tal como abrazarse o agarrarse de las manos con alguien infectado.