Prohibido estacionar

Redacción de La Nueva.

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Un tema complejo. Nacido en esta ciudad y residente en ella, lógicamente he seguido y vivido su evolución. Hoy me tocó caminar bastante, por las actuales restricciones al estacionamiento. Yo soy conductor y trato de respetar al peatón: le doy paso, no largo en los semáforos como en las largadas del hipódromo. Hay un libro de José Saramago que habla de una pandemia, donde a toda una ciudad la ataca una rara ceguera, menos a la esposa de uno de los enfermos. Desaparecida la enfermedad, se soluciona todo. Aquí, con el tema del estacionamiento, ocurre lo mismo: yo espero ansiosamente que la ceguera concluya. Es muy difícil hoy prescindir del medio de locomoción, se llame auto o moto. Las distancias se han agrandado junto con la ciudad, y eso será para bien si nos ordenamos civilmente.