Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Francisco pide vivir y dejar vivir

El Papa argentino compartió sus "secretos" para ser feliz. Destacó el valor de brindarse por los demás, de ser humilde y de dejar de lado el proselitismo religioso.
"Jugar con los chicos es sano", uno de los consejos que más enfatizó el Sumo Pontífice.

Agencia EFE

Francisco, en una entrevista publicada ayer por el diario Clarín, recomendó no dejar de brindarse a los demás. "Si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta y el agua estancada es la primera que se corrompe". También aconsejó moverse "remansadamente", término que tomó de un clásico de la literatura argentina.

"En Don Segundo Sombra' hay una cosa muy linda de alguien que relee su vida. Dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado. La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida".

Otra de las claves está en la sana cultura del ocio, disfrutar de leer, el arte y los juegos con los niños.

"Jugar con los chicos es clave, es sano, claro que ahora eso es difícil porque los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen. Es difícil, pero hay que hacerlo". En la misma línea bregó por los domingos compartidos en familia.

Asimismo, aconsejó ayudar en forma creativa a los jóvenes a conseguir un empleo digno.

"Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa".

También pidió cuidar la naturaleza y olvidarse pronto de lo malo que afecta la vida e invitó a dejar de lado el proselitismo religioso para contagiar la fe desde un diálogo que no se impone. Su último consejo fue el de buscar activamente la paz.