Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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“Llevar a Cristo a los extremos de la tierra”

Durante la Vigilia Pascual, el Papa administró los sacramentos de bautismo, confirmación y primera comunión a diez personas de entre 7 y 58 años.

El Papa Francisco presidió ayer la solemne Vigilia Pascual, una de las liturgias más antiguas de la Iglesia Católica, en la que bautizó a diez personas de diferentes países y en la que, durante su homilía, invitó a los fieles a llevar "el fuego" de Cristo a todos los extremos de la tierra.

"Es necesario volver a ver a Jesús resucitado y convertirse en testigos de su resurrección. No es un volver atrás, no es una nostalgia. Es regresar al primer amor para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo y llevarlo a todos los extremos de la tierra", explicó.

Asimismo, el Papa instó a los congregados a volver a "Galilea" para renovar, así, su fe mediante el recuerdo del sacrificio de Cristo.

En este sentido, Francisco subrayó que regresar a Galilea -renovar la fe- "tiene un significado bonito" porque es "sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana".

Esta Vigilia Pascual, en la que la cristiandad vela por el tránsito de Cristo de la muerte a la resurrección, comenzó con una basílica de San Pedro completamente en penumbra, mientras en el exterior se desataba una tormenta.

El rito se divide en tres partes fundamentales: la celebración del fuego, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Bautismal.

La ceremonia comenzó con la bendición del fuego y la preparación del Cirio Pascual.

El primer rito comenzó cuando con un punzón sobre la superficie del Cirio el signo de la cruz, la primera y última letra del alfabeto griego y los números que conforman el año 2014.

Después, el diácono encendió el Cirio y lo portó en una procesión, que finalizó con el canto del Exultet en el altar de las Confesiones.