Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Rivara: "La salinización del Colorado es una problemática entre Mendoza y La Pampa"

El ministro de Asuntos Agrarios de Buenos Aires, ingeniero agrónomo Raúl Rivara, afirmó que el conflicto por la salinización del río Colorado responde a un problema que mantienen las provincias de La Pampa y Mendoza por la utilización de la cuenca del río Atuel, e indicó que, durante esta semana, se reunirá con representantes políticos y productores del valle bonaerense del río Colorado para buscar soluciones.
John Scoffield (izq.) y Sergio Urrutia se mostraron preocupados por los resultados de la próxima cosecha.


 El ministro de Asuntos Agrarios de Buenos Aires, ingeniero agrónomo Raúl Rivara, afirmó que el conflicto por la salinización del río Colorado responde a un problema que mantienen las provincias de La Pampa y Mendoza por la utilización de la cuenca del río Atuel, e indicó que, durante esta semana, se reunirá con representantes políticos y productores del valle bonaerense del río Colorado para buscar soluciones.


 Además, recordó que el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco) --ente encargado de la regulación de la cuenca de este curso-- depende del ministerio de Obras y Servicios Públicos de Buenos Aires, por lo que él se alineará a la decisión que tome esta última cartera.


 Rivara remarcó que esta cuestión se debe "a una controversia entre dos provincias hermanas --por lo que tengo entendido son La Pampa y Mendoza-- y claramente estamos siendo perjudicados por ese no entendimiento".


 "A mi cartera le incumben los perjuicios que ocasiona a la producción de esa zona, pero también creo que este tema debería tener una supervisión clara del gobierno nacional y la autoridad de aplicación tendría que ser el ministerio del Interior", consideró.


 El ministro de Asuntos Agrarios remarcó que, al tratarse de un problema técnico, los gobernadores de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro podrían rubricar un convenio previo, pero no discutir aspectos de fondo, ya que esas cuestiones deberían ser acordadas entre distintos técnicos y funcionarios.


 "No veo que la solución pase por plantear la cuestión en el plano estrictamente político. Este es un problema técnico derivado de una situación política", dijo.


 Rivara afirmó no ser optimista en cuanto a la posibilidad de que los gobernadores se reúnan, pero consideró que el planteamiento de la discusión ayudará a encontrar una solución.


 "En realidad, veo más factible agotar las instancias dentro del Estado provincial y nacional para alcanzar un entendimiento", añadió.


 El funcionario acotó que ya se comunicó con el intendente de Patagones, Ricardo Curetti, para encontrarse con una representación de productores.


 "Nos vamos a reunir a buscar soluciones, sabiendo que, a través del diálogo y con las autoridades nacionales y provinciales, podemos llegar a un consenso", remarcó.


 "La salinización del río Colorado no está en su punto crítico, por lo que la situación aún no reviste --en el corto tiempo-- una complicación importante que afecte en forma sustancial a la producción", añadió.


 El funcionario remarcó que es posible que el venidero 5 de julio esté presente en Bahía San Blas, durante una jornada de ostricultura, en la que también se podría conversar sobre la salinización del Colorado.


 Además, recordó que --probablemente-- este miércoles esté presente en Tornquist para reunirse con un grupo de productores para discutir sobre el Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense y el Plan Toros, en específico.


 "También existe la posibilidad de que el gobernador Felipe Solá viaje a esta ciudad el jueves", anunció Rivara.


Verna no quiere que la gente corra riesgos







 El gobernador de La Pampa, ingeniero Carlos Verna, admitió su postura de evitar que los ribereños del río Colorado, aguas abajo de Pichi Mahuida, corran riesgo, como consecuencia de incipiente proceso de salinización de las aguas por transmisión del Curacó.


 Con esa intención supervisó personalmente el jueves el movimiento de caudales que se produce por este último curso de agua, asistiendo a la medición de volúmenes por parte de los técnicos, el análisis de contenido salino y el máximo aprovechamiento de las aguas.


 Carlos Verna llegó, inclusive, a la unión del Curacó con el Colorado, en compañía del ministro de Obras y Servicios Públicos, ingeniero Julio Bargero; del secretario de Recursos Hídricos, Juan Pablo Morisoli, y del presidente de Vialidad, ingeniero Jorge Pensotti, entre otros funcionarios.


 "El agua está siendo tomada normalmente por la hacienda que existe en inmediaciones del Curacó (unas 20 mil cabezas), y se trata de que el tenor salino no pase a ser perjudicial para la gente", comentó Morisoli.


 A los cinco controles existentes, se agregó otro en inmediaciones del puente de la ruta nacional 22, unos 300 metros antes de la toma para consumo de Río Colorado.


 De aquí salen dos muestras que, de inmediato, se analizan.


 Se pudo saber que en la desembocadura de Pichi Mahuida el río Curacó estaba volcando un caudal de aproximadamente 1,40 metros cúbicos por segundo, con una salinidad de 13.500 miligramos por litro que se diluían, en gran medida, en el Colorado por la llegada de 80 metros cúbicos erogados en Casa de Piedra.


 Morisoli reiteró que, por ahora, el nivel salino del Curacó no afectaría a la población, aclarando que el gobierno pampeano eligió hacer la apertura del Tapón de Alonso, en enero, de manera que el líquido llegue en una época donde, aún, no se ha comenzado con el riego, en las colonias Juliá y Echarren y Reig y en el área de Corfo Río Colorado.


 Recordó que se avanza en el diseño de compuertas de hormigón y acero para que el tapón pueda ser regulado, para lo cual se ha contratado al ingeniero Carlos Rojas, de 25 de Mayo.


 En alrededor de dos meses, el profesional debe entregar los proyectos y, de inmediato, se iniciaría la construcción.


 Durante la semana venidera se realizará, en Bahía Blanca, la reunión mensual del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco), ocasión en la que seguramente este será uno de los temas centrales a analizar.


 "Sabemos que hay mucha intranquilidad en Río Negro y en Buenos Aires. Ojalá este movimiento haya sido trasladado a sus gobernadores y esperemos que, en un corto tiempo, se pueda reunir el consejo de gobierno del Coirco, para atender urgentes cuestiones de puesta al día de un tratado que ya tiene 30 años", se esperanzó Morisoli.


Sensación de inseguridad





 Los productores de la zona de riego del valle bonaerense del río Colorado aún no salen de su asombro: a tan sólo unas semanas del comienzo de los laboreos y de la etapa de riego, la creciente salinización del curso de agua pone en peligro tanto la siembra como los resultados de la próxima cosecha.


 "El riego tiene una importancia fundamental para nosotros; es como nuestra sangre. Por ello, no pensamos negociar la calidad del agua y vamos a mantener esta posición hasta las últimas consecuencias", aseguró Sergio Urrutia, titular de la Asociación de Productores de Villarino Sur (Aprovis).


 En ese sentido, recalcó que la posición de esta entidad es la de acompañar a los chacareros en este momento, junto con la Federación de Entidades de Productores Hortícolas Bonaerenses y la Asociación Agrícola Ganadera de Villalonga.


 Sin embargo, aseguró que existe una sensación de inseguridad entre todos los usuarios del riego en la zona.


 "Hasta ahora, nadie nos pudo asegurar que ante incontingencias climáticas --como una posible crecida de la cuenca del río Atuel--, podamos seguir regando con la misma calidad de agua que teníamos hasta hace unos días.


 "En realidad, no creo que haya una solución en el corto plazo", deslizó.


 Por su parte, John Scoffield, representante de Aprovis y perteneciente al Consejo Consultivo de Corfo, sostuvo que --siempre y cuando no pase un fenómeno climático en la cuenca de los ríos Atuel o Salado-Desaguadero-- se podrá regar durante esta campaña.


 "Pero no existe ninguna seguridad de que el dique Casa de Piedra tenga agua cuando terminemos, ni de lo que puede pasar el próximo año", dijo.


 "Entonces, como productores tenemos que poner mucha fe en el futuro", añadió.


 El tambero sostuvo que, en la actualidad, el nivel de conductividad del agua del río Colorado (alrededor de 1 milimohs) comienza a ser perjudicial.


 "Si se mantiene cuando debamos comenzar a regar, en agosto y dependiendo del cultivo, se podrían registrar pérdidas. Por ejemplo, si la conductividad fuera de 1,2 milimohs, se perdería un 10% de la producción de cebolla; y si fuera 1,6, estaríamos hablando de una disminución del 25% del rendimiento", aseguró Scoffield, quien también remarcó que los costos de producción serían los mismos.


 Por otro lado, recordó que los campos tierras de esta zona poseen un alto contenido salino.


 "A lo largo de los años, hemos realizado un trabajo de lavado de los suelos. Pero si regamos con agua salada, estaríamos echando por tierra la labor que llevamos a cabo todos esos años", sostuvo.


 En ese sentido, reconoció que si continúa esta situación, es posible que él no riegue.


 "En un tambo, las pasturas rendirían menos, por lo que nos quedan dos opciones: aceptar una menor producción, con el correspondiente impacto sobre los costos fijos; o comprar alimento para mantener la misma cantidad de vacas, lo que también provocaría perder rentabilidad", comentó.


 Por su parte, Urrutia señaló que sembraría de todos modos y que no sabe si sería recomendable regar.


 "Estamos haciendo un cultivo que supone una inversión mayor a los 5 mil pesos por hectárea, por lo `enterraríamos' mucho dinero sin saber si lo vamos a regar", aclaró.


 "También se vería afectada la producción de carne, porque nuestras pasturas son base alfalfa o cebadillas, que no soportan un alto tenor de sal", agregó.

Apoyo político.
Ambos productores destacaron la importancia del apoyo político brindado por los municipios de Patagones y Villarino ante esta problemática.





 "Necesitamos el compromiso de todos los actores de esta problemática, y este, en particular, es un respaldo muy grande", señaló Urrutia.


 En tanto, Scoffield señaló que al estar planteado como un problema político, es necesario trabajar codo a codo con ese sector.


 "Todo termina en la figura del ministro del Interior (de la Nación), Aníbal Fernández, que es el máximo responsable del Coirco", remarcó el tambero, y reconoció que en los próximos días se presentará una carpeta con los antecedentes de esta problemática en distintos niveles políticos.

GRISADO

Soluciones.
"No descarto llevar a cabo una medida de fuerza, pero tenemos pensado seguir los caminos institucionales hasta donde podamos. De cualquier manera, existe una solución técnica muy simple: instalar una compuerta en el Tapón de Alonso", señaló John Scoffield.


Encrucijada












 El ingeniero Alberto Perlo, director de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Hilario Ascasubi, aseguró que, en caso que se mantenga el actual nivel de salinidad en las aguas del río Colorado en el momento de comenzar a regar, el productor se va a encontrar en una encrucijada.


 "No podemos decirle a un chacarero que no riegue si el tenor salino es alto. Al ser una zona de riego, éste es un elemento básico para la producción, una realidad inserta en el sistema, y no una opción tecnológica.


 "Si uno no riega, en esta región no nace nada. Pero si se hace con agua mala, habrá dos problemas: no va a crecer el cultivo; y se va a estropear el suelo", indicó.


 Perlo sostuvo que las consecuencias de un riego bajo estas circunstancias dependen de los cultivos y su resistencia a la salinización.


 "De cualquier manera, habría una baja de productividad y la tierra se estropearía en forma inmediata", recalcó el profesional, quien señaló que sería como tirar sal al piso.


 En ese sentido, consideró que decirle a un productor de esta zona que no riegue sería lo mismo que decirle a una persona que no respire.


 "Si el aire estuviera contaminado, yo no le podría recomendar a una persona que no respire, porque sino se moriría", comparó.


 Perlo recordó la existencia del lavado de suelos para las áreas de riego con altos contenidos de sal.


 "En este caso no se puede utilizar, porque se lavaría un suelo salado con agua con sal, lo que terminaría por aumentar el tenor salino y provocaría encostramiento de tierras, lagunamientos y toxicidad de los cultivos", afirmó.


 "La realidad indica que nuestros suelos son salinos, y el agua del río Colorado ya cuenta con un cierto tenor de sal en forma natural", añadió.


 El director del INTA Hilario Ascasubi remarcó que, en caso de sequía, este efecto se notaría aún más, ya que cuando una temporada es lluviosa, los campos se riegan en menos oportunidades.

Pérdidas.
De acuerdo con un informe de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Hilario Ascasubi, "aquellos suelos que naturalmente contienen sales no podrán realizar una práctica que es común en el valle bonaerense del río Colorado", como lo es el "lavado" de los mismos.





 Además, estima una disminución general del 10% en el valor de la producción bruta --ocasionada por un incremento estimado de 1 milimohs en el agua de riego--, lo que provocaría una pérdida cercana a 30 millones de pesos.

FRASE

"Debemos ser precavidos, pero no hay que quedarse de brazos cruzados en esta situación que se debe resolver lo antes posible".
Alberto Perlo


COMO PROTESTAR

Las aguas bajan saladas

* En enero pasado, la provincia de La Pampa tomó en forma unilateral la decisión de abrir el denominado Tapón de Alonso, que retenía las aguas del río Curacó y evitaba que llegaran al Colorado. Esta decisión fue tomada --se dijo-- debido a la dura sequía que estaba soportando la región.

* El último martes se efectuó una reunión en la localidad pampeana de Puelches, en la que representantes de La Pampa, Río Negro y Buenos Aires convinieron que los caudales del río salino Curacó serán monitoreados en forma continua, a fin de evitar una perjudicial salinización del río Colorado.

* Del encuentro también participaron autoridades del Comité Interjurisdiccional de Cuenca del Río Colorado y de Corfo Río Colorado, y productores de los distritos de Villarino y Patagones, quienes ven amenazadas sus producciones bajo riego en caso de que los tenores salinos superen los niveles actuales.

* Si bien los dirigentes y pobladores del sur bonaerense reclaman que se vuelva a cerrar en forma definitiva el denominado Tapón de Alonso, La Pampa se niega a esta posibilidad bajo la justificación de que la rotura del tapón se debió a la necesidad de garantizar la llegada de agua del Curacó a los productores ganaderos de la zona cercana.

* Si el río Colorado se saliniza más de lo aconsejable, las poblaciones de Río Colorado, La Adela, Juan A. Pradere, Pedro Luro y Villalonga, donde viven más de 40 mil personas en total, perderán su principal fuente de agua para consumo humano. Además, se perjudicará severamente la producción frutícola y agrícola en las colonias Juliá y Echarren y Reig (Río Colorado), así como la hortícola del sur bonaerense.

* Por ahora la situación no es alarmante, dado que la conductividad de las aguas que salen de Casa de Piedra con 0,6 milimohs, por efecto del aporte del Curacó se elevan a 0,78 a la altura de Paso Alsina --último punto de medición--, cuando el máximo permitido es de 1,8.

* Sin embargo, mediciones realizadas sobre el fin de semana en la zona de Pedro Luro, arrojaron que la conductividad alcanzaba a 1,14 milimohs, con un caudal de 3 metros cúbicos por segundo.