Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Drogas sintéticas: dictaron la falta de mérito para el último detenido

Se trata de Ezequiél Borja, quien se había entregado el 13 de octubre.
Foto: Archivo LN.

   La jueza federal Mirta Filipuzzi dispuso la falta de mérito de Ezquiél Borja, el último detenido en el marco de la investigación sobre la presunta venta de drogas sintéticas en fiestas electrónicas.

   Un día después de entregarse en la sede del juzgado, el joven había declarado que "es inocente y que iba a esas fiestas porque le gusta esa música".

   La magistrada valoró los elementos presentes en la causa y decidió no procesarlo con prisión preventiva, a diferencia de los otros seis imputados.

   De todas maneras, seguirá formando parte de la investigación y no puede salir del país o cambiar de domicilio sin notificar a la justicia.

   También trascendió que la fiscalía apelará el fallo de la jueza.

Todo lo que hay que saber

   Como se informara, el domingo 4 de septiembre Prefectura allanó el boliche y detuvo a 5 personas (Gentili, Salazar, Cragno, Selvaggio y Trellini) acusadas de pertenecer a una banda que vendía drogas en distintas fiestas electrónicas de la ciudad. También requisaron varias viviendas de los imputados.

   Secuestraron unas 70 pastillas de éxtasis, LSD, ketamina, cocaína y marihuana.

Quiénes declararon y quiénes no

   Javier Selvaggio dijo que se dedica a organizar fiestas desde hace mucho tiempo y que no tiene relación con la venta de drogas.

   Matías Cragno afirmó que no participa de ninguna organización criminal y que no tiene nada que ver con una banda que venda drogas.

   Por su parte Guido Gentili, Mariano Trellini, Francisco Salazar y Danilo Acosta se negaron a declarar.

   A todos se les negó la excarcelación por el "peligro de entorpecimiento de la investigación".

El sistema

   Según el fiscal, la droga se vendía entre "conocidos" y no se ofrecía al público en general.

   “Seguramente los que se acercaban eran recomendados por algunos de los integrantes de la organización de la fiesta y de esa manera podían comercializar la droga. Por eso es que abiertamente no se vendía y ellos no estaban ofreciendo la droga en el lugar”, explicó.

   Para Castaño, “estos personajes ya tenían previsto a quiénes les iban a vender las pastillas. Los que compraban eran gente que los conocían o bien que habían llegado a ellos por conocidos. Prácticamente era una venta boca a boca”.