Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Audaz asalto en un quiosco y centro de cobros

El hecho se cometió en Zelarrayán 681, donde además funciona un local de recepción del sistema Pago Fácil.
Dos desconocidos intervinieron en el asalto al quiosco situado en el macrocentro.

En cuestión de segundos, dos audaces delincuentes armados asaltaron ayer a la mañana un quiosco del macrocentro, donde redujeron a dos personas y se apoderaron de las recaudaciones del comercio y del centro de recepción de pagos de impuestos y servicios que funciona en el lugar.

El atraco se cometió minutos después de las 10, en el negocio ubicado en la calle Zelarrayán 681, a metros de la intersección con Paraguay, donde también se reciben cobros del sistema Pago Fácil y frente al cual existe un supermercado que posee custodia policial.

En momentos del hecho se encontraba al frente del quiosco Ezequiel Armagno, mientras que en el Pago Fácil estaba Roberto Picardi.

En el robo intervinieron dos sujetos de aproximadamente 1,70 metros de estatura, quienes cubrían sus rostros y que luego de apoderarse de una cantidad no especificada de efectivo, huyeron por Zelarrayán en sentido descendente de la numeración.

“Era un día como cualquier otro; estábamos en el negocio y entró una persona con la cara tapada con un buzo o algo así, que nos pidió que nos tiráramos al piso. Al prinicpio no entendía nada”, dijo Armagno.

Explicó que primero entró uno de los sujetos e instantes después lo hizo el otro.

“El que entró en primera instancia nos apuntaba cuando estábamos en el suelo, mientras que el otro fue el que se encargó de sacar la plata”, dijo el informante.

Una vez que los ladrones escaparon con el botín, las víctimas se comunicaron con el teléfono 911 y alertaron sobre lo ocurrido.

Poco después arribó un móvil del Comando de Prevención Comunitaria, cuyo personal se entrevistó con los damnificados e inició una búsqueda por los alrededores, que no dio ningún resultado.

Armagno, quien dijo sentir una combinación de “indignación e impotencia”, afirmó: “Los que laburamos hacemos un gran esfuerzo estando todo el día en el negocio para tener un mango y en cuestión de uno o dos minutos se te llevan la ganancia del día. Uno piensa a veces en estar armado o estar atento a ciertas situaciones, pero todo esto te supera”.

“Esto ocurrió a plena luz del día, en un lugar con gran movimiento y a veinte metros de un supermercado que cuentan con custodia, pero estos tipos actúan con total impunidad”, sostuvo.

Por último aludió a los peligros que se ciernen sobre los comerciantes ante la ola de inseguridad que se vive.

“El que trabaja en un comercio está muy expuesto, porque la delincuencia no tiene límites. Ladrones hay en todos lados y parece que es una bola que va creciendo y resulta imposible frenar”, concluyó el damnificado.