Robo con armas en una agencia de lotería

Redacción de La Nueva.

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Dos desconocidos armados asaltaron anteanoche una agencia de lotería y, luego de reducir a la única empleada que se encontraba en el lugar, escaparon en moto llevándose unos mil pesos que había en la caja, según se informó en la víspera.

El atraco se perpetró alrededor de las 21 del miércoles, en el comercio denominado La Rueda de la Fortuna, que funciona en la calle Aguado 197, a metros de la intersección con Mitre.

“Estaba mi compañera del turno tarde, cuando ingresaron dos hombres armados, de entre 30 y 35 años, le apuntaron con un arma y le pidieron el dinero”, dijo ayer Marcelo Pérez, quien trabaja en la agencia durante la mañana.

“Ella sentía o presentía que podía pasar algo, entonces me contó que se paró para cerrar con llave y en ese momento entraron”, agregó.

Los malhechores utilizaron frases intimidantes, aunque no ejercieron violencia física contra la víctima.

“Fueron violentos verbalmente, pero, según me contó, nunca la golpearon o nada por el estilo. Ella está muy nerviosa; es una chica muy responsable, que viene a trabajar. Y que pase esto, da mucho bronca; no se lo merece ella ni ningún empleado”, consideró Marcelo.

Tras señalar que los delincuentes escaparon en una motocicleta que habían dejado a metros del local, dijo que los asaltos son cada vez más frecuentes en la zona, por lo que los responsables decidieron no dejar demasiado dinero.

“En realidad, como son tan reiterados los robos, mucho dinero no se deja y en la caja tenemos lo mínimo indispensable. Incluso, si hay que pagar premios, se coordina con el cliente el momento para que venga”, expresó el vocero.

“No podemos tener dinero –-continuó-- porque sabemos que en cualquier momento pueden llegar a caer”.

Reconoció que en poco más de un mes fueron asaltadas cuatro agencias de la misma cadena.

“Además del que ocurrió ayer (por el miércoles), hubo otros en las sucursales de las calles Brasil, Zelarrayán y Sarmiento”, afirmó.

Pérez dijo no tener temor por la situación que se vive, aunque sí “incertidumbre”.

“Uno viene y no sabés cómo vas a reaccionar si te pasa algo así. Entrás a trabajar con muchas dudas, porque es algo que pasa en todos lados y es reiterado”, finalizó.