Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Cansada de los robos, dona su casa en Necochea

Dora Marcial, quien se radicó en la ciudad balnearia en busca de tranquilidad, fue víctima de tres saqueos en el año. Pretende que allí se construya una comisaría. Agencia Necochea / laregion@lanueva.com
La casa que Dora está dispuesta a donar para que se construya una comisaría, contigua a otra propiedad suya.

La inseguridad que tiene en jaque a los distintos barrios de Necochea y Quequén, mostró en las últimas horas un costado insólito, al conocerse el caso de una mujer que está dispuesta a donar una vivienda para instalar una comisaría y así poder vender otra propiedad suya contigua.

Dora Noemí Marcial tomó esta decisión luego de ser víctima de tres saqueos en el transcurso del último año, aunque aseguró que los delitos suman alrededor de doce desde que se instaló en Necochea, hace cuatro años.

La mujer habita una humilde vivienda en 91 y 50, una zona caracterizada por descampados, terrenos con malezas y sumamente oscura en la noche, lo cual convierte al sector en un ámbito propicio para que los delincuentes ingresen a las casas y se apoderen de los objetos de valor.

En el denominado “Libro de quejas”, que tiene la Municipalidad de Necochea en Facebook, Dora Noemí Marcial hizo conocer su propuesta para transferir gratuitamente a la comuna su inmueble para una dependencia policial y entendió que, de esta manera, ella podría vender otra propiedad lindera.

La vecina, que anteriormente vivía en Lanús (Villa Diamante), insistió en que desea irse de Necochea “cansada” de los robos y que “nadie haga nada”, para exteriorizar su indignación porque ninguno de los delitos pudo ser esclarecido, pese a que “se sabe quiénes son” los autores.

Según relató la mujer, hace cuatro años se radicó en la ciudad balnearia en busca de “tranquilidad” y otro estilo de vida, pero nunca se cruzó por su mente que encontraría una realidad totalmente contrapuesta a la soñada.

“Los robos fueron permanentes y se llevaron desde media docena de tanques de agua, hasta las puertas de los dormitorios”, lamentó.

Explicó que, cada vez que repuso los objetos sustraídos, nuevamente se los volvieron a sacar.

“Ahora no tengo alternativas y tomé la decisión de irme porque aquí nadie me cuida”, expresó la vecina, advirtiendo que no se trata de un acto de generosidad, sino que responde a un estado de desesperación.