Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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“Puedo dar gracias de que estamos vivos”

Claudia Lobato y su marido lograron desarmar y reducir a un ladrón que intentó asaltarlos en su casa del barrio Cenci, reteniéndolo hasta que llegó la policía.
Claudia Lobato aseguró que, “si uno confía en Dios, las cosas salen bien”. A la izquierda, detención de un sospechoso.

Habían pasado algunos minutos de las 8 de la mañana de la víspera. Claudia Lobato (44) regresaba a su casa del barrio Cenci, en la cual la esperaban su marido, sus dos hijos y un amigo de éstos últimos, luego de rezar en la iglesia.

La mujer bajó de su automóvil y fue abordada por un delincuente, que le apuntó con una carabina y la obligó a ingresar en la vivienda situada en la intersección de las calles Indio y Alvear.

Pese a todo, la mujer --ella asegura que lo hizo fortalecida por la fe-- mantuvo la calma y logró alertar a su cónyuge, Sergio Sgreccia (41), sobre lo que sucedía, quien desde la habitación llamó al teléfono de emergencias 911.

Después el matrimonio logró desarmar al delincuente y retenerlo hasta la llegada de los patrulleros, quienes también atraparon a un cómplice del ladrón, un adolescente de 16 años, que se había quedado en la vereda con la moto en que arribaron.

Pese a lo sucedido y al mal momento vivido, Claudia Lobato dijo no guardar rencor y pidió ayuda para que quienes actúan de esta manera hallen el buen camino.

“No soy quién para juzgarlo, porque él sabrá porqué está haciendo esto, pero hay otra salida”, afirmó.

Poco después que los efectivos de la comisaría Segunda trasladaran a los aprehendidos y mientras se reponía de la dura experiencia, la mujer contó que uno de los malvivientes la abordó al descender de su vehículo y la amenazó con una carabina calibre 22, de caño recortado, que estaba cargada con nueve proyectiles.

“Me decía que no me iba a pasar nada y que le diera la plata que tenía. También me dijo que entrara y me preguntó quién estaba en la casa. Yo le dije que tenía chicos y que le iba a dar lo que quisiera. Yo no tenía nada, pero era para calmarlo un poco”, relató.

Según informó la policía, en poder del delincuente, identificado como Emiliano Víctor Moares (22), se logró el secuestro la billetera de la víctima, que contenía 110 pesos y documentos.

“Al mismo tiempo que estaba entrando por el portón y cerrándolo, llamé a mi marido con el celular y lo dejé en altavoz para que escuchara”, dijo Claudia.

Explicó que en ese momento se trabó el sistema de cierre de la abertura, lo que puso nervioso al ladrón.

“Le dije: 'abrilo vos'. En eso me dice: 'esperá que son segundos y te hago boleta'. Pasamos para la cocina y cuando entramos, justo salió mi marido, entonces le apuntó a él”, expresó la víctima.

Pero en ese momento, el matrimonio aprovechó un descuido del malhechor y, luego de un forcejeo, logró desarmarlo.

“Mi marido, que se estaba preparando para ir a trabajar, había llamado al 911 desde la habitación. Alcancé a manotearlo, entonces me tiró al piso y me golpeó. Le saqué el arma de la mano y desplazarla, entonces con mi esposo lo pudimos reducir hasta que llegó la policía”, expresó la mujer.

En ese mismo momento, cinco móviles policiales arribaron al sitio y los efectivos atraparon también a un menor de 16 años, que durante el atraco permaneció de campana en la vereda, a bordo de una moto Yamaha YBR, patente 478 JWR.

Alcohol y drogas

Claudia Lobato consideró que estos jóvenes son víctimas de las drogas y el alcohol, y que su situación es “un llamado de atención para la sociedad”.

“Lamentablemente son chicos que están en su mundo y no saben lo que les pasa”, enfatizó.

Mencionó que su familia ya había sufrido un hecho de inseguridad en otra vivienda y que la fe le permitió seguir adelante.

“Si uno se mantiene calmo y confía en Dios, las cosas salen bien”, dijo la mujer.

“Venía de orar en la iglesia y mi fe está depositada en Dios y sé que más allá de todo esto que pasó, El nos libró. Yo hoy puedo dar gracias de que estamos vivos”, finalizó.