Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Caso Majnach: el espanto continúa cubriendo de dolor a una familia

La víctima despareció en 1972 y resultó uno de los hechos más conmocionantes registrados en nuestra ciudad. No hubo personas condenadas, porque prescribió la acción penal.

Una imagen de la jornada en que hallaron los restos óseos en la casa de Caseros al 2000..

Varias décadas después aparecen vigentes las imborrables huellas originadas por un tormentoso suceso que acompañará a toda una familia el resto de sus vidas y golpeará permanentemente su sensibilidad, luego de romper vínculos parentales que el tiempo no termina de recuperar definitivamente.

La situación hizo eclosión el martes 17 de julio de 1996, cuando personal de la comisaría Cuarta, por orden del entonces juez en lo Criminal y Correccional Enrique José Montironi, a cargo del Juzgado Nº 3, allanara la vivienda ubicada en Caseros al 2000 y hallara restos óseos supuestamente de quien fuera Luis Oscar Majnach, quien había nacido el 17 de febrero de 1935 y dado como desaparecido a mediados de 1972, en circunstancias no determinadas.

Fueron encontrados debajo de un naranjo, a casi cuatro metros de profundidad, al cabo de una tarea que demandó aproximadamente tres horas, durante la cual se sumó una dotación del cuartel de bomberos Alberdi.

En relación con el hallazgo fueron detenidos e incomunicados Vicente Guas, sindicado por entonces como autor del crimen, y Juana Hortensia Loyarte, mujer de la víctima.

Poco después, al prosperar la presentación de un habeas corpus, la Sala II de la Cámara de Apelación ordenó liberarlos por entender prescripta la acción penal.

De todas maneras, un posterior informe judicial determinando la existencia de una causa en la que Guas estuvo involucrado, interrumpió esa prescripción y motivó que fuese detenido otra vez.

En septiembre de ese año, luego de declarar y proclamar su inocencia, fue liberado nuevamente y el caso se encaminó a no tener responsables.

Los vericuetos del trágico episodio dividieron fuertemente a la familia.

“Pensar que yo iba a tomar mate debajo de la planta donde estaba enterrado. No recuerdo bien, pero me parece que era un naranjo”, dijo un familiar que prefirió mantener en reserva su identidad para evitar herir susceptibilidades.

El entrevistado aseguró que el día del allanamiento en la vivienda de Villa Soldati “yo no estaba acá, porque me había ido para el lado de Pigüé y Tornquist, con una empresa de gas; pero cuando venía a la casa de ellos y le preguntaba por él, Hortensia me decía que estaba trabajando; pero yo siempre sospechaba de esa persona que estaba en la casa”, dijo en referencia a Guas.

El sospechado de ser autor del crimen y posteriormente concubino de Loyarte (ambos fallecidos) vivía en el lugar, “luego que un amigo (de Majnach) le pidiera que le diera una mano a un conocido que había estado preso”.

El día posterior a la desaparición de Majnach, la pareja oficializó su vìnculo.

“Me acuerdo que (Loyarte y Majnach) tenían un auto viejo, un Ford '40, que reformaron e hicieron camioneta. Eso me extrañó. Incluso, salían como pareja. Recuerdo que estando yo en Tornquist me fueron a visitar y cuando le pregunté a ella me dijo 'todavía no vino'... Y un montón de años después las chicas hicieron la denuncia”, agregó.

Denuncia

Las chicas a las que se hace referencia son las hermanas Hilda Regina (57 años) y Silvia Liliana (58), quienes en febrero de 1996 se presentaron en la comisaría Cuarta, motorizando la denuncia por la desaparición.

El titular de la seccional villamitrense era el comisario Raúl Emilio Mombelli, quien recuerda que “se apersonaron las dos hijas, manifestando esa historia. Como anécdota, recuerdo que (Eduardo) Cenci (prestigioso periodista vinculado a Canal 7) se enteró e hicimos un pacto de no decir nada hasta tanto se obtuvieran los allanamientos, luego de juntar algunos testimonios. Y cuando ello ocurrió fui hasta su casa a comunicárselo”.

El familiar de Majnach entrevistado comentó que “escarbaron el pozo y pareció que no encontraban nada y querían dejar de hacerlo; pero uno de ellos dijo 'podrían seguir un poco más' y ahí descubrieron la losa, y debajo de ella lo encontraron. Quién lo mató no se sabe, pero 1a sospecha está”.

Ese “alguien” que ordenó continuar la excavación resultó ser Mombelli, quien comentó que a la diligencia judicial “habíamos llevado a una mujer de la Universidad Nacional del Sur, especializada en suelo. Al principio, mientras íbamos sacando el relleno, aparecían restos de bolsas y esas cosas".

Agregó que "cuando comenzó a aparecer tierra limpia la especialista dijo que se terminara ahí con la excavación, pero yo le dije que siguiéramos un poco más y un metro después se llegó a la losa. Ahí pensé que podría haber algo y debajo de eso estaban los restos”.

Sensaciones

Luego de considerar al caso como “esclarecido pero prescripto”, Mombelli asegura que siempre les creyó a las hermanas denunciantes.

“Es que uno se va haciendo un poco psicólogo. Y hacía años que ellas tenían esa inquietud. Hubo un detalle que les llamó la atención y fue que el padre siempre tenía puesto un anillo, el que estaba en la casa luego de su desaparición".

"Además, había otras cuestiones clave que les llamaban la atención, como que nunca se haya contactado con las hijas o con alguien luego que pasaran más de veinte años”, siguió diciendo.

Al ser consultada, Silvia, cordialmente no sólo se mostró reticente a expresarse sobre lo sucedido sino manifestó que “no estoy de acuerdo” con la realización del informe periodístico.

De todos modos, aseguró que si lo ocurrido “le hubiera pasado a mi mamá, yo hubiera actuado igual”.

La mujer manifestó finalmente que luego de aquel trágico suceso “no tuve relación con ella, hasta casi el final de su vida (ocurrido hace tres años). Es más cuando falleció yo la estaba cuidando. En esos momentos hablamos, pero nunca del tema. Y lo que puedo decir es que murió en paz”.