Condenado por abuso sexual en perjuicio de una sobrina
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Un hombre fue condenado a ocho meses de prisión en suspenso y la prohibición durante dos años de permanecer a menos de cien metros de la víctima, tras ser hallado culpable de manosear a su sobrina.
El hecho, según refirieron varios testigos durante el debate, provocó en la menor, que para la fecha del episodio tenía ocho años, importantes cambios en su conducta y temores ante diferentes circunstancias, además de una situación familiar que los obligó a mudarse.
El falló fue resuelto por el juez en lo Correccional Nº 1, José Luis Ares, y recayó en un individuo de 37 años cuya identidad no se da a conocer para preservar a la víctima.
Para el magistrado se probó que la madrugada del 14 de setiembre de 2013, en el sector de Grünbein, el imputado sometió a tocamientos a la nena cuando la llevaba a su casa en una moto, luego de participar de un cumpleaños.
Se acreditó que el procesado le dijo a la niña que no contara nada de lo sucedido o, de lo contrario, no vería más a su tía y primas.
Entre los elementos de prueba reunidos durante el debate se encuentra la declaración de la víctima mediante el sistema de Cámara Gesell, quien relató las circunstancias en que se produjo el hecho.
Del mismo modo, su madre indicó que esa madrugada el sospechoso llevó a su hija hasta la casa y que la menor ingresó llorando, refiriendole que antes de llegar el hombre había detenido la moto y la tocó.
Mencionó que por entonces el individuo estaba en pareja con su hermana y la maltrataba, considerando que no era buena persona.
Explicó que su hija vive con miedo, teme a la oscuridad y algunas madrugadas se despierta llorando.
En el mismo sentido declaró el padrastro de la nena, quien describió lo ocurrido ese día y las consecuencias que todo eso produjo en la pequeña.
También brindaron su testimonio la psicóloga que atendió a la menor y un profesional de la Asesoría Pericial.
Este último destacó que no halló indicios de fabulación o presiones externas en la víctima.
El acusado habló en el juicio y negó los cargos en su contra, mencionando que la madre de la víctima es una persona conflictiva y que no se llevaban bien.
Ares calificó al relato de la nena como “sincero, creíble y sin fisuras, e incluso sin cargar las tintas en desmedro del acusado, sino más bien reticente y contenido, aunque no exento de coherencia y solidez”.