Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Dos personas resultaron gravemente heridas por cuatro violentos sujetos

Leandro Javier Fernández y Hugo Quintana se encuentran internados en el Hospital Municipal. Tres de los agresores serían menores de edad.
La madre de Leandro Fernández, María Inés Ayestarán, no salía de su asombro por el accionar de los delincuentes que serían del mismo vecindario.

Un joven y su suegro resultaron gravemente heridos en la madrugada de ayer por cuatro delincuentes que, ante un frustrado robo en la vivienda ubicada en calle Angelelli 433, los golpearon salvajemente y, además, provocaron importantes daños en sus vehículos y el frente de la casa, según se informó.

Se trata de Leandro Javier Fernández (28), quien recibió un tremendo golpe con un hierro en el pecho que le afectó un pulmón, y Hugo Quintana (55). Ambos se encuentran internados en una sala común del Hospital Municipal de Agudos Doctor Leónidas Lucero.

El violento episodio se cometió sobre la 1.45, cuando los sujetos intentaron ingresar en el domicilio, pero se toparon con sus moradores (el muchacho y su señora), quienes se encerraron en el bañó y llamaron a la policía y a los padres de Fernández.

Según comentaron familiares de los damnificados, los individuos --aparentemente bajo los efectos de estupefacientes y alcohol-- venían provocando destrozos en otros sectores del barrio Estomba. También rompieron la farola de un estacionamiento ubicado al lado de la citada vivienda.

María Inés Ayestarán, madre de Fernández, relató a La Nueva., detalles de lo que describió como una “historia de terror”.

“Cuando llegamos a la casa de mi hijo con mi marido, también lo hacía su suegro. Los tipos ya se habían ido. Leandro y Hugo salieron caminando para hacerle señas a los móviles policiales que no encontraban la dirección. De pronto se aparecieron los mismos delincuentes”, explicó la mujer.

“Los corrieron y al que primero tiraron al piso fue a mi hijo y aprovecharon para pegarle un puntazo con un fierro. Cuando Hugo lo intentó levantar, los tipos se abalanzaron sobre él y le dieron otros dos”, añadió.

Pero la odisea no terminó allí, ya que los individuos siguieron con los desmanes.

“Mi hijo y el suegro se levantaron todos ensangrentados y se encerraron en el baño. En ese momento quedé sola afuera gritando, pero no me tocaron. Los sujetos empezaron a romper todo el frente de la vivienda sin ingresar”.

Y detalló que “luego de romper todo, agarraron palos y piedras y siguieron con el auto --un Peugeot 504-- de mi marido y luego con el --Chevrolet Agile-- de Hugo. Incluso salieron andando en el Agile y llevaron empujando el otro. Ahora no sirve ni para repuesto”.

La mujer se mostró muy molesta por la tardanza de la ambulancia del 911.

“A los veinte minutos arribó la policía, pero la ambulancia tardó muchísimo. Esto fue un calvario”, admitió Ayestarán.

Y recordó que “una vez que pasó todo, llegaron varios móviles policiales. Incluso, la ambulancia quería llevar a uno solo al hospital, aunque la policía estuvo muy bien y los obligó a que trasladaran a los dos al hospital”.