Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Robaron en una casa del Barrio Obrero

Cristina Meriggi regresó a su vivienda y descubrió el faltante de dinero y una cámara fotográfica.

Oportunismo y osadía. Con esa reiterada metodología y luego de forzar la ventana de la cocina, delincuentes sustrajo unos 3.000 pesos y una cámara fotográfica digital de una vivienda situada en el Barrio Obrero, mientras su propietaria se hallaba en el establecimiento escolar donde trabaja.

“Estoy recién operada del brazo derecho. Fui un instante a la escuela San Francisco, me quedé charlando con compañeras y cuando volvía (a su domicilio) recordé que me había dejado en el colegio la llave de casa”, comenzó diciendo la mujer.

“Entonces volví y en ese lapso entraron los ladrones e hicieron un desastre”, agregó Cristina Meriggi (64), víctima del robo ocurrido en la calle Sosa 49.

“Entiendo que entraron por el fondo debido a que el portón no está forzado; y es probable que hayan escapado por el frente. Es más, dejaron trabado el portón con una reposera”, detalló.

Y señaló que “no sé qué se llevaron porque traté de no tocar demasiado hasta que lleguen los peritos. Lo seguro es que me falta una cámara de fotos (marca Nikon) y algo de plata”.

A raíz del desorden, la víctima opinó que los ladrones se presentaron en su vivienda con un dato erróneo.

“Se habrán dado cuenta que no tenemos plata. No sé si estarán, pero yo tenía 250 pesos en la mesa de luz y mi marido guardaba 300 dólares en la suya; pero no más que eso. El tema es sencillo: no tenemos plata porque nos manejamos con la tarjeta”, reconoció Meriggi.

“El televisor no se lo podían llevar porque pesa como 150 kilos y el microondas es viejo; pero acá arriba de la mesa se dejaron cosas de oro que estaban en mi mesa de luz”, acotó.

Meriggi, quien hace 61 años reside en el lugar, incluidos los 41 de matrimonio, admitió que “nunca nos pasó algo como esto. Este es un barrio muy tranquilo. La casa era de mi mamá y la parte de adelante está alquilada; ahí también quisieron entrar, pero cuando la hija del inquilino, una chica de 17 años, escuchó que querían abrir la puerta empezó a los gritos. Esa situación puso en fuga a los delincuentes".

“La chica se dio cuenta de lo que pasaba cuando quisieron entrar, pero no escuchó nada de lo que estuvo pasando acá. La vecina tampoco”, concluyó la mujer.