Iván Fontán se entregó para cumplir la condena por homicidio

Redacción de La Nueva.

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Exactamente a las 8.46 de ayer, llevando sólo un bolso en una mano y acompañado por su madre y un tío, Iván Fontán (28) recorrió la primera cuadra de la calle Pueyrredón e ingresó a la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI), en el número 30 de esa arteria.

Su defensor, Gustavo Avellaneda, dijo después que las casi 48 horas que transcurrieron desde que fue comunicada la sanción de 9 años y 6 meses de prisión que le impuso el Tribunal en lo Criminal Nº 2, de La Plata, las utilizó para “pensar” y “ordenar sus cosas”.

El joven oriundo de Ingeniero White, hallado culpable de lanzar una bengala durante un recital del grupo de rock La Renga, en abril de 2011, y causar la muerte de Miguel "Keko" Ramírez (32), aguardaba en la víspera que se determine el lugar en el que comenzará a cumplir la condena, mientras el abogado plantea la apelación contra el fallo ante el Tribunal de Casación provincial.

“Anoche (por el jueves) me comunicaron la decisión que había tomado luego de mantener una reunión familiar y ordenar cuestiones de tipo personal”, dijo Avellaneda.

Destacó después que “Iván no se fue a ningún lado”.

“El sucumbió ante el monto de la sentencia que le habían dado y esto le provocó una conmoción muy grande”, continuó el letrado.

Explicó que Fontán trabaja en una empresa cerealera y debió dejar en orden algunas cuestiones.

“Resolvió eso y luego hizo lo de siempre, estar a derecho. Se presentó cuando lo vinieron a buscar desde La Plata, declaró cuando tuvo que hacerlo, estuvo 50 días detenido y hoy le toca pasar por esta situación”, señaló Avellaneda.

Luego reveló haber dialogado con su pupilo sobre los plazos para apelar la resolución de los jueces Liliana Torrisi, Silvia Hoerr y Claudio Bernard, quienes lo responsabilizaron del delito de "homicidio simple con dolo eventual".

“Esperemos que se quede acá en Bahía, por una cuestión de cercanía con su familia”, explicó, para agregar que aguarda la resolución del habeas corpus que presentara para impedir la detención de Fontán.

“Nunca se fue de la ciudad –-reiteró Avellaneda--. Es real que había salido a caminar y después no sé dónde estuvo. Por lo que me dijo la familia, pensó mucho y a media tarde de ayer (por el jueves) les avisó que se iba a entregar y quería hablar con todos”.

“Hubo una reunión familiar en la casa, puso todas las cartas sobre la mesa, todo lo que debía hacer la familia y dejó todo en claro para que resolviera, recién allí se contactaron conmigo”, afirmó.

Dijo Avellaneda que Fontán tiene temores e interrogantes sobre su futuro.

“Obviamente tiene miedo por su seguridad en la cárcel. Sabemos lo que es la vida en esos lugares. Vamos a tratar de hallar el lugar en el que esté más cómodo y contenido”, manifestó.