“Apuntó con el arma y me pidió la plata”

Redacción de La Nueva.

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Un sujeto armado rompió un vidrio de un mostrador, con su cabeza cubierta con un casco, saltó detrás del mueble y apuntó al encargado de la agencia de Lotería ubicada en Láinez 2370 para alzarse con el dinero que contenía la caja registradora y que significada la recaudación diaria.

“Entró, rompió tirándose de cabeza y saltó para acá adentro; me apuntó con el arma y me pidió la plata de la caja. Al tirarse quedó sobre el mostrador y me dijo 'correte', cuando lo hice él se cayó al piso. Para mí este chico no estaba normal”, comenzó relatando Jonatan Glaria (30).

“No sé que arma tenía, pero era como una escopeta. En ese momento no era como para mirar mucho. Es más no pude verle la cara porque tenía puesto el casco; pero me pareció que debía estar drogado. Me extrañó que no pudiera abrir la caja, que se hace pulsando un botón; es por eso que cuando empezó a revolear el arma le dije 'dejá que la abro yo'”, continuó.

El episodio se registró pocos minutos antes de las 20, y en el lugar se escuchó lamentarse porque “debimos cerrar a las 5 (de la tarde), ya que hoy estuvieron cerrados todos los comercios de por acá. Cuando están abiertos hay mucho movimiento y (para los delincuentes) es más difícil”.

Jonatan mencionó que “cuando entró (el malviviente) yo estaba hablando con un cliente, pero no sé qué pasó con él porque desapareció. A él no le robó, se debe haber ido cuando vio que (el asaltante) se tiró” rompiendo el vidrio.

El agenciero aseguró que el ladrón “rompió otro vidrio cuando volvió a saltar el mostrador y se fue en una moto que había dejado afuera”, huyendo por Láinez en sentido ascendente de la numeración catastral.

“Yo no quería llamar a la policía, no me pareció que tuviera sentido; pero acá me dijeron que lo haga y entre una cosa y otra pasaron unos minutos. Cuando llegaron los patrulleros, (los uniformados) salieron a buscarlo, pero no lo encontraron”, comentó.

La agencia acumula cerca de 30 años de actividad comercial y el de anoche fue el tercer robo sufrido.