Armado con un cuchillo, robó en un quiosco del macrocentro

Redacción de La Nueva.

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Un ladrón solitario armado con un cuchillo amenazó ayer al anochecer a la joven empleada de un quiosco ubicado en el macrocentro y logró alzarse con el dinero que había en la caja registradora, correspondiente a la recaudación de la tarde, además de algunos paquetes de cigarrillos.

El hecho delictivo se perpetró pocos minutos después de las 18.30, en el quiosco Estomba, ubicado a la altura del 680 de la calle homónima.

“Entró un tipo solo y la asaltaron con un cuchillo. Tenía puesta una gorra, un buzo negro y salió caminando”, dijo poco después de cometido el atraco, un joven que había quedado transitoriamente a cargo del local, quien pidió reserva de su identidad.

Describió que al momento de cometerse el robo “la chica estaba sola, pero como yo vivo acá, la escuché y bajé, para llamar enseguida por teléfono a la policía y lo salieron a buscar”.

Según señaló el vocero consultado, el delincuente se alejó del lugar por la calle Estomba en sentido descendente de la numeración catastral, aunque se desconoce si dobló en alguna arteria perpendicular.

“Lo único que dijo fue que era un chico joven, morocho”, señaló la fuente, recordando los dichos de la víctima.

El informante señaló que, por comentarios de la empleada, tomó conocimiento que el malhechor “sacó el cuchillo, le quitó la plata de la caja, sacó algunos cigarrillos y se fue. Calculamos que se llevó entre 800 y 1.000 pesos; no sé, era lo que había en la caja. Era el trabajo de la tarde, porque la chica ya estaba por salir”.

Agregó que el ladrón siempre permaneció en el salón, sin pasar detrás del mostrador.

“La chica estaba asustada porque la amenazó con el cuchillo. Todo fue en un segundo. Entró, le dijo 'dame la plata', hizo un movimiento con el cuchillo, manoteó lo que quería y se fue. No simuló querer comprar nada; vino derecho a robar, agarró la guita y se fue”, expresó el informante.

Explicó que el quiosco “hace ya un tiempo largo” que funciona en el lugar, aunque la actual propietaria lo adquirió hace seis años.

“Ya han robado en otras ocasiones, generalmente cuando están solas. A éste, la chica nunca lo había visto antes, pero, viste, cuando ven que (el local) está vacío y no anda mucha gente, se aprovechan. Acá hay parada de colectivo y siempre hay gente, por eso es menos peligroso. Incluso ahora saqué los carteles que habían puesto durante el Mundial (de fútbol) y que no permitía verse de afuera. Eso ocurre en muchos negocios y el que pasa no sabe nada de lo que está sucediendo adentro. Parece que la gente es medio descuidada y los chorros están al salto”, consideró.

Dijo el vocero que “la dueña acompañó a la chica a la casa, porque estaba medio shockeada. Ella dijo que el tipo tenía un cuchillo grande y se lo puso cerquita, creo que en un hombro”.