Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Cuarto robo en un mes a un grupo de acción solidaria

Autores ignorados sustrajeron una gran cantidad de prendas de vestir y mercadería, además de provocar desorden, en el Centro de Acción Pastoral de El Buen Pastor de Villa Floresta.
Cuarto robo en un mes a un grupo de acción solidaria. Seguridad. La Nueva. Bahía Blanca

   El cuarto robo en el último mes sufrió el Centro de Acción Pastoral de El Buen Pastor, dependiente de la parroquia de Lourdes, que funciona bajo la dirección de Cáritas y el predio ubicado en Alvear 2320, de Villa Floresta.

   El hecho sucedió cuando autores ignorados forzaron dos aberturas y, además de sustraer prendas de vestir y alimentos, provocaron un gran desorden en el amplio inmueble.

   En el lugar también funciona el Centro de Formación 402 y el último desagradable episodio fue descubierto ayer alrededor de las 14, cuando arribó al lugar el importante grupo de colaboradoras que motoriza la acción humanitaria.

   “Nosotras venimos los jueves, pero durante la semana también hay distintos cursos. Y cuando llegamos vimos que habían levantado la persiana y en el sector de atrás estaba abierta la puerta, que no había sido forzada, así que probablemente la abrieron con algún duplicado”, comenzó relatando Alicia Capelli, quien explicó que ambos sectores no cuentan con comunicación interna.

   El primero de los sectores, donde se dan los cursos, cuenta con un entrepiso en el que también son acopiadas prendas de vestir, que son distribuidas en percheros o contenidas en bolsas de nylon. Ambos lugares están ubicados detrás de la capilla El Buen Pastor.

   “Acá nosotras clasificamos la ropa que después se distribuye y además tenemos mercadería, en especial alimentos, que también se llevaron”, sostuvo Capelli.

   La mujer confió que el inventario que disponen es relativo. "Es que hay tantas bolsitas de ropa que se está haciendo poco a poco; pero arriba (por el entrepiso) había camperas en los percheros, eran de abrigo y varias de ellas de cuero”, señaló.

   Capelli aseguró que los malvivientes también se llevaron “un poco de mercadería”.

   Mientras la mujer brindaba un somero detalle de lo sucedido, en la parte posterior del inmueble otras colaboradoras intentaban cambiar la cerradura que había sido violada. Una forma de volver a empezar.