Lo condenaron a once años de prisión por un homicidio en un campo
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“No me va a venir a dar órdenes a mí, podría ser mi hijo”, habría dicho un trabajador rural que fue condenado a 11 años de prisión por haber asesinado de un disparo al productor para el que trabajaba, en un hecho ocurrido a principios de 2013 en un establecimiento rural del partido de Adolfo Gonzales Chaves.
El fallo correspondió al Tribunal en lo Criminal Nº 2, integrado por los jueces Claudia Cecilia Fortunatti, María Eloísa Errea de Watkins y Hugo Adrián De Rosa.
Se trata de Alberto Bonifacio Martínez (73), quien fue hallado culpable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Para los magistrados se acreditó que el 23 de enero del año pasado, alrededor de las 17, en el campo denominado El Micheo, cercano a la localidad de Juan E. Barra, mediante el empleo de una escopeta calibre 28.65, de dos caños, Marcos Jorge Pizarro Costa Paz (38), domiciliad en Capital Federal, recibió un tiro que terminó con su vida en el acto.
De acuerdo con la autopsia, los perdigones impactaron en el cuello de la víctima, perforando el paquete vascular y provocando el deceso por shock hemorrágico y paro cardiorrespiratorio, el que se produjo poco antes de arribar a la unidad sanitaria de De La Garma.
José Daniel Anesetti declaró en el debate y manifestó que el día de los hechos se encontraba junto a varias personas, entre ellas la víctima y el imputado, cargando hacienda para trasladarla a la localidad de Ayacucho.
Dijo que dialogaba con Pizarro Costa Paz cuando se acercó Martínez armado, quien sin decir palabra alguna abrió fuego contra el hombre.
Recordó que en la comisaría le preguntó al procesado qué había hecho y que éste le respondió: “ya está, ya lo maté”.
En idénticos términos declaró Mario Emiliano Rivarola, quien aseguró que vio al sospechoso disparar contra el productor rural.
Roberto Mauricio Portella, chofer de uno de los camiones en los que estaban cargando los animales, refirió que observó al acusado enojado y que éste mencionó: “lo voy a cortar de un balazo a este muchachito, no me va a venir a dar órdenes a mí, podría ser mi hijo”.
Agregó el testigo que poco después regresó armado y le tiró a la víctima a unos dos metros de distancia.
Y consideró que Martínez no estaba nervioso o alterado, más bien “tenía sangre fría”.
Por otra parte, la concubina del imputado, cuando se le preguntó sobre el episodio, mencionó que “me rebalsó, me maltrató tan feo que me dolió”.