Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Garantizan la seguridad de los alimentos irradiados

Según dicen, este tratamiento ayudaría a extender la vida útil de la comida y a prevenir enfermedades.
Antes y después. Los alimentos tratados con la irradación y los que siguen su proceso natural.

Una serie de cambios en el Código Alimentario Nacional permitirá en las próximas semanas la utilización de técnicas radioactivas en más alimentos, entre ellos la carne, una medida que recibió el aval de especialistas de distintos organismos oficiales, quienes brindaron ayer tranquilidad acerca de la "seguridad" de esos productos y consideraron que el procedimiento aumentará su vida útil y eliminará bacterias que causan enfermedades.

"Es importante dar tranquilidad. Aunque ahora sale a la luz, la radiación es una tecnología que se viene aplicando hace muchos años en todo el mundo, e incluso en Argentina se utilizaba ya sobre algunos alimentos", indicó Celina Horak, Gerenta de Aplicaciones y Tecnologías de las Radiaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

En efecto, la técnica de irradiación de alimentos se encuentra contemplada en el Código Alimentario Argentino (CAA) desde 1988 para la papa, los ajos, las cebollas, los espárragos, las frutillas, las especias y condimentos vegetales desecados y/o sus mezclas y los hongos de cultivo comestibles.

Según confirmaron fuentes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la novedad consiste en que en las próximas semanas se incorporará al CAA el permiso de que esta técnica se utilice en otros tipos de alimentos como pescados y mariscos, aves, carne bovina, porcina, caprina, otras y sus productos (frescos y congelados), así como frutas y vegetales frescos, cereales y sus harinas, legumbres, semillas, oleaginosas, frutas secas, vegetales, frutas desecadas, hierbas secas, tés de hierbas, y alimentos de origen animal desecados.

"Esta tecnología posee más de 60 años de investigación y, como justamente involucra radiaciones y se sabe los temores que esto genera, ha sido sumamente estudiada por distintos organismos internacionales y comités de expertos en los cuales se investigó hasta el más mínimo detalle para determinar su seguridad", aseguró Horak.

Para la especialista de la CNEA "se sabe muy bien cuál es el efecto que esa energía va a generar por lo que nunca van a producir algún tipo de modificación que genere radioactividad en los alimentos. Primero, porque estas fuentes de radiación nunca toman contacto directo con los productos, y segundo porque las energías nunca van a ser tan altas como para modificar el núcleo del átomo del alimento".